Tom Lasorda, mánager inmortal de los Dodgers
Historias que contar
Tom Lasorda, mánager de exitosos perfiles con los Dodgers, primero de Brooklyn y después de Los Ángeles, al cambiar de sede, falleció el pasado 7 de este mes a los 93 años. Su corazón dejó de latir, tras infructuosos esfuerzos médicos.
Antes, el 3 de junio de 2012, sufrió un infarto, pero sobrevivió. Fue un aviso tempranero para él, que en las imágenes lucía corpulencia, pero también una sonrisa que capturó años múltiples afectos.
Pero al igual, de espíritu combativo, 48 ocasiones fue expulsado del terreno.
Nacido el 22 de septiembre de 1927 en Norristown, Pensilvania, su deceso ocurrió en Fullerton, California.
Tras titubeantes apariciones como lanzador, finalmente ingresó como timonel a los Dodgers que rivalizaba en popularidad con Yanquis de Nueva York y Medias Rojas de Boston.
Segundo de cinco hijos, se casó con Jo Baptis, originaria de Greenville, Carolina del Sur. Tuvieron dos hijos: Tom júnior y Laura.
El joven, identificado como Spunky, falleció en 1991 por complicaciones de una rara enfermedad.
Tas terminar su High School, en 1944 firmó con los Filis de Filadelfia como agente libre no reclutado y comenzó su temporada con los Concord Weavers de la Clase D en la Liga Estatal de Carolina del Norte.
Perdió dos temporadas, 1946 y 1947, al ingresar al ejército de los Estados Unidos. Su hito como pítcher se registró el 31 de mayo de 1948 cuando ponchó a 25 jugadores del Amsterdam Rugmakers en 15 entradas; incluso impulsó la carrera ganadora con un sencillo.
Su debut en Grandes Ligas fue el 5 de agosto de 1954. Su única apertura, ocurrió el 5 de mayo de 1955, pero duró una entrada, después de tres lanzamientos catalogados salvajes en un inning. Igualó con eso una marca.
En su recuento final en el mejor beisbol del mundo fue de 0-4 y 6.52 en carreras admitidas.
Lasorda se convirtió en mánager de los Dodgers el 29 de septiembre de 1976, relevando a Walter Alston. Luego de20 años conduciendo al equipo, abandonó su labor en 1996.
En ese lapso logró dos títulos de Serie Mundial, 1981 y 1988. Sumó cuatro banderines de la Liga Nacional y ocho conquistas divisionales.
No se omite que fue campeón en la Olimpiada de Sidney, 2000. Medalla de oro justamente recibida.
En dos ocasiones fue Mánager del año en la Nacional, 1983 y 1988. Su récord de por vida fue de 1,599-1.439.
Estos triunfos lo ubicaron en el sitio 22 en las Mayores.
Se distinguió por su indeclinable respaldo a los jugadores jóvenes, entre ellos, lista selecta de ocho mexicanos, sobresaliendo su identidad con el mítico Fernando Valenzuela durante una década, 1980-1990, además de otros como Vicente Romo, Jorge Orta, Alejandro Treviño, Ismael Valdez, Antonio Osuna, Noé Muñoz, Juan G.. Castro y Karim García.
En especial, Valenzuela, el que en cada lanzamiento perfilaba su vista hacia arriba, inescrutable infinito, conmovido por la irreparable ausencia de su mentor, declaró: “Decía que para subir al cielo se tenía que pasar por el Dodger Stadium cubierto por color azul, así que ahora debe andar por ahí, haciendo de las suyas”.
De ese comportamiento no ocultó la influencia de otro piloto, Ralph Houk. “Me enseñó que si tratas a los jugadores como seres humanos, ellos jugarán como Superman”.
De esas épocas también fueron narradores en radio figuras como Pedro Septién Orozco –Marqués de Querétaro- , Ángel Fernández, el de los motes privilegiados, Jorge “Sonny” Alarcón. Como escritor Tomás Morales.
En septiembre de 1953, Septién trasmitió desde Nueva York su primera Serie Mundial. Le acompañó otro personaje de la locución deportiva, Buck Canel.
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