Todo listo para la entrega de los premios Ariel en el Teatro Degollado

Por segunda vez consecutiva la entrega del Ariel, máximo galardón del cine mexicano, se realizará mañana en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en el Teatro Degollado con el eslogan ‘‘El cine se viste de México’’, que reconoce la labor del vestuario cinematográfico que marcó la época de oro del cine mexicano.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en esta, su edición 66, entregará el Ariel de Oro a Brigitte Broch y Angélica María, así como a Busi Cortés, como homenaje póstumo a la cineasta mexicana fallecida recientemente.

En otro de los hitos que la AMACC ha implementado para este año, la ceremonia se transmitirá por la prestigiosa plataforma Max en su apartado del canal TNT en vivo y en directo, además de las tradicionales señales de Canal 22, Canal 11 y la televisión local jalisciense.

TNT transmite toda la temporada de galardones incluidos los premios Oscar y ahora también difundirá los Ariel.

Este año fueron nominadas un total de 47 películas de un universo de 178 producidas, por lo que el presidente de la AMACC, Armando Casas, confesó que lo difícil del proceso de votación al ser un momento histórico de una gran producción cinematográfica, similar a las que se hacían en la época de oro del cine mexicano.

Del total de 186 nominaciones a las 24 categorías de la 66 entrega de los premios Ariel, la lacerante historia de Tótem, segundo largometraje de Lila Avilés, es la cinta con más postulaciones. Aspira a 15 estatuillas, incluyendo las categorías principales Mejor Película, Dirección, Guion y Fotografía.

En segundo lugar están las poderosas cintas Heroico, de David Zonana, y Temporada de huracanes, de Elisa Miller, las dos con 11 nominaciones; ambas se disputarán Mejor Dirección y Mejor Película.

Caso aparte es el documental sobre la fragilidad infantil rural en México que Tatiana Huezo logró en la sensible y empática cinta El eco, que compite en las principales categorías. Se medirá con La dama del silencio. El caso mataviejitas, de María José Cuevas; La oscuridad de la Luz del Mundo, de Carlos Pérez Osorio; M20/Matamoros Ejido 20, de Leonor Maldonado García, y Una jauría llamada Ernesto, de Everardo González.

Una de las películas que puede dar el campanazo es la sobresaliente Todo el silencio, producida por Inna Payán, con la impresionante actuación de Adriana Llabrés y dirigida por Diego del Río.

Llabrés consiguió su postulación como Mejor Actriz donde se medirá con Adriana Barraza por El último vagón; Casandra Ciangherotti e Ilse Salas, ambas por su trabajo en Familia, y Mónica Huarte, por Señora influencer.

Daniel Giménez Cacho buscará su séptima estatuilla como Mejor Actor por su papel en la cinta Familia; se medirá con Harold Torres, en Desaparecer por completo; Juan Daniel García, por Perdidos en la noche; Noé Hernández, en Kokoloko, y Pedro de Tavira Egurrola, por Recursos humanos.

También se evocará el espíritu de Gabriel García Márquez en la ceremonia 66 del Ariel. Su hijo Rodrigo está postulado en la categoría Dirección por su trabajo en la mencionada cinta Familia, mientras que el nieto del Nobel colombiano, el también escritor Mateo García Elizondo, buscará el premio en Coactuación Masculina por Tótem.

En la categoría de Sonido, Jaime Baksht y Michelle Couttolenc están nominados con El eco, Carlos Navarrete estará con Temporada de huracanes, y Alejandro Otaola hará lo propio en esta categoría por su trabajo en la cinta Desaparecer por completo.

En la categoría de Mejor Película Iberoamericana al parecer La sociedad de la nieve será la Mejor Película Iberoamericana de la noche.

También sobresalen los realizadores locales por Martínez, la película de drama y comedia de la directora Lorena Padilla, nominada a Mejor Ópera Prima y a Mejor Coactuación Masculina por el trabajo de Humberto Busto; Humo, de la cineasta Rita Basulto, nominada a Mejor Cortometraje; Patrona, de Fanie Soto, nominada a Mejor Cortometraje de Ficción y la postulación de Antonio Ortuño a Mejor Guion adaptado por la impresionante e infravalorada Recursos humanos.

Fuente
La Jornada
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