¿Será debate crucial?
Historias que contar
Mañana, en Pachuca, se celebrará el último debate entre aspirantes a la gubernatura del estado. Carolina Viggiano, coalición Va por Hidalgo; Julio Menchaca, coalición Junto Hacemos Historia; Francisco Berganza, Movimiento Ciudadano, y José Luis Lima Morales, Partido Verde Ecologista, tendrán la oportunidad de plantear programas prioritarios, con tiempos ciertamente recortados.
En análisis de lo ocurrido hasta ahora, sin intención de demeritar a alguno, y bajo el sustento de recientes encuestas, Menchaca aparece con mayores posibilidades de triunfar el 5 de junio próximo, seguido de Viggiano y después, Berganza y Lima.
En el marco de esta última presencia de los cuatro, se supone que en sus intervenciones irán por todo, y quizá, en algunos casos, rebasando reglas de un tranquilo disertar.
Reciente se publicó una declaración, insospechada, de Humberto Moreira Valdés, exmandatario de Coahuila y exdirigente nacional el PRI, y hermano de Rubén Moreira, quien fuera gobernador coahuilense, hoy diputado federal y coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso, además de esposo de Carolina Viggiano.
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Humberto afirmó tener “cirios encendidos” para evitar la victoria de su cuñada, Viggiano, y dijo que apuesta por Menchaca.
Declaró que la alianza PRI, PAN y PRD “atenta contra principios del priismo”, del que fue expulsado en 2017, tras competir por una diputación local por el Partido Joven, ya desaparecido de registro estatal.
Se incubaron diferencias entre los dos hermanos, sin conocer hasta qué punto de fractura, lo que riñe con impredecible conducta al lanzarse abiertamente contra su cuñada.
Se conoce entre algunos políticos se producen malévolos juegos subterráneos para descalificar a oponentes, pero la memoria no llega a encontrar en que se arremetiera contra familiares.
A fin de cuentas, Carolina Viggiano, en justo análisis, queda indemne, sin culpa alguna de lo expresado por Humberto, a quien por hábitos sociales lo aludirá como cuñado, y claro, luego, sin adjetivos laudatorios.
Rubén Moreira contrario a lo divulgado por su hermano, desestimó acusaciones ubicándolo como un “hombre honesto”. Julio Menchaca ha encuadrado tan difícil situación como asunto familiar, deslindándose. Ecuánime actitud.
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Hace años, tuve la oportunidad de conocer a Rubén Moreira. Me lo presentó Carolina Viggiano. Fue en un céntrico café de Pachuca. En la primera vez no se rebasaron los cumplidos de cortesía, pero hubo una segunda y la charla se extendió.
Surgió la afinidad que Rubén Moreira había tenido con quien ha sido un hito como historiador hidalguense, Juan Manuel Menes Llaguno, y el punto de mutuo contacto fue el general Francisco Urquizo, coahuilense, militar distinguidísimo al igual que escritor. Tropa Vieja ha sido estimada como su mejor obra literaria, de ahí que lo acreditarán como novelista del soldado.
Meses por delante Rubén enviaría parte del material cultural que bajo su égida como mandatario se producía en Coahuila.
Ojalá y estas diferencias entre los hermanos no se enarbolen mañana en el esperado debate.
No hay tiempos para el amor. Así pudiera definirse una vez más lo ocurrido en Brasil en este caluroso mes de mayo.
En Sao Paulo, un controvertido ex Presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, de 76 años, se casó con Rosangela da Silva, de 55 años.
Ella es socióloga y no se descarta que pudiera ser Primera Dama, ya que en octubre habrá elecciones y su hoy esposo competirá.