Se seca la presa La Estanzuela, en Hidalgo

La presa La Estanzuela, ubicada en la comunidad del mismo nombre, está prácticamente seca; donde hasta hace dos años había agua, hoy los lugareños pastorean ovejas.

En un recorrido que realizó La Jornada se constató que sólo quedan dos pequeños cuerpos de agua verdosa, uno en la orilla sur y otro en la norte.

De acuerdo con los pobladores, el embalse se quedó sin líquido en noviembre pasado. Todo el terreno del área central, donde el agua llegó a tener una profundidad de 20 metros, está erosionado y con grietas. Gran parte del suelo es arenoso y los bordes lodosos, como pantanos.

José, uno de los vecinos de La Estanzuela, dijo que en 30 años la presa no habría sufrido una desecación de tal magnitud. Aun con el bajo nivel del agua, en la zona sur había algunos visitantes que practicaban la pesca.

Se les preguntó si había truchas y uno de ellos respondió que sí, pero que aún no había logrado pescar una. Se observó a unas cuantas aves.

Francisco Morales, abogado especialista en medio ambiente e ingeniero agrónomo, consideró que las grietas en el fondo del embalse se formaron por la desecación paulatina del terreno y la erosión.

Técnicamente se dice que el suelo se intemperiza, fundamentalmente por la acción del viento y el sol; aunque también se observa salinización del agua, con lo cual se agota la biota (conjunto de la fauna y flora) acuática.

Morales explicó que La Estanzuela se quedó vacía por el cambio climático y la deforestación, factores que generan un proceso natural de evaporación y falta de suministro hídrico. Al no haber árboles se elimina el intercambio con la atmósfera; no se genera vapor y por lo tanto no hay precipitación pluvial.

En la zona norte hay una compuerta que separa una cuarta parte de la presa del resto de la antigua acequia. Eso permitió que el líquido se almacenara; no obstante, los vecinos aseguraron que el nivel está bajando paulatinamente y temen que comience a secarse.

Hace 20 años la presa La Estanzuela era un lugar de esparcimiento tanto para lugareños como para turistas, ya que había truchas, mojarras y carpas que se podían pescar; además, había recorridos en lancha.

Sin embargo, en 2005 el entonces alcalde priísta Julio Palafox Cabrera mandó instalar en las inmediaciones una red de drenaje para llevar aguas residuales de La Estanzuela y otros poblados.

La tubería pasaba cerca de las orillas que, a diferencia del resto de la presa, se mantenían secas; sin embargo, cuando llovía mucho el vaso se llenaba y cubría los ductos.

Con el paso del tiempo la tubería comenzó a tener fugas y el líquido residual contaminó el cuerpo de agua.

La situación empeoró cinco años después, cuando desconocidos arrojaron al embalse químicos para revelar fotografías, lo que provocó la muerte de miles de truchas y mojarras.

Aunque en aquella ocasión tanto la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo como la Procuraduría Federal de Protección Ambiente identificaron los contaminantes, nunca se averiguó quien había sido el culpable.

Pese a ello, los lugareños volvieron a sembrar peces, los cuales, en reducido número, habitan en las contaminadas aguas de la casi extinta presa La Estanzuela.

Por Ricardo Montoya, corresponsal

Fuente
La Jornada
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