El reciente anuncio de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, sobre la construcción del tren Pachuca – AIFA – Ciudad de México abre un nuevo capítulo de desarrollo para la zona sur del estado de Hidalgo.
No obstante, emerge un dilema significativo en cuanto a quién debería encargarse de construir estos trenes, con dos candidatos principales en la contienda: la francesa Alstom y la paraestatal china CRRC Corporation Limited.
Alstom, con su base de operaciones mexicana en Ciudad Sahagún, ha sido un proveedor de confianza para las diferentes líneas del metro de la Ciudad de México durante años. La calidad y fiabilidad de sus trenes son bien conocidas, y la empresa ha demostrado tener los recursos y, sobre todo, la seriedad necesaria para cumplir con proyectos de gran envergadura.
Su trayectoria en México y a nivel global ha establecido a Alstom como un referente en la industria ferroviaria, lo que podría hacerla una opción sólida para este proyecto.
Por otro lado, la empresa paraestatal china CRRC Corporation Limited ha estado incrementando su presencia en el mercado mexicano, recientemente encargándose de la rehabilitación de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México.
Sin embargo, la compañía ha estado rodeada de controversias, incluyendo acusaciones de malos manejos, impagos a empresas mexicanas y escándalos de sobornos tanto en México como en América Latina. Estos incidentes plantean serias dudas sobre la capacidad de CRRC para entregar un proyecto de la magnitud del tren Pachuca – AIFA – Ciudad de México con la calidad y el compromiso esperados.
La decisión de quién construirá este tren es crucial no solo para el desarrollo infraestructural de Hidalgo, sino también para la confianza en la gestión de proyectos significativos bajo la nueva administración. La elección entre Alstom y CRRC no solo será una cuestión de costos y eficiencia, sino también de calidad, fiabilidad y ética empresarial.
Como ciudadanos y observadores, debemos permanecer atentos al desarrollo de esta licitación. Es fundamental que se tomen en cuenta todos los factores, desde la capacidad técnica hasta el historial de integridad de las empresas, para asegurar que el progreso que llegará por las vías del tren no solo sea rápido y moderno, sino también responsable y sostenible.
La historia de este proyecto podría ser un indicativo de cómo se manejarán las grandes obras en México en los próximos años bajo el liderazgo de Sheinbaum.
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