Qué necesidad

Agujeros Negros

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los gobernadores de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no intervenir en el proceso para la jefatura de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación (CDCT) también debió ordenar a sus candidatos a candidato que no intervinieran en la política de las entidades gobernadas por morenistas.

Porque la visita, la mejor organizada para una “corcholota” de Adán Augusto López Hernández vino a alterar la vida política de Hidalgo al empoderar de forma nada ingenua al clan universitario de Gerardo Sosa Castelán al aceptar una reunión en el emblemático edificio central de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y exaltarlo como referente y elevarlo a nivel de adalid de la autonomía de las universidades públicas.

Es preferible concederle perversidad que ingenuidad al que fue secretario de Gobernación al encontrarse con un clan que lidera una persona que enfrenta un proceso penal por delincuencia organizada y utilización de recursos de procedencia ilícita y que tienen un nada transparente historial al utilizar hasta ahora a cuatro partidos (PRI, PSD, PAN, MC y Morena) para un proyecto personal, y que alcanzó el control de la UAEH mediante el vandalismo porril, que cobró varias vidas.

No había terminado la gira de López Hernández cuando parte importante de su equipo calificaba de error la reunión con el Clan Universitario, más cuando el rector en calidad de mandadero de Gerardo Sosa le agradeció su intervención para que le concedieran la prisión domiciliaria al jefe político, amo y señor de la UAEH desde 1982, hoy utilizada con fines políticos violentando el principio de autonomía y universalidad.

Más cuando se percataron de la descortesía al titular del Ejecutivo que durante su campaña que lo llevó a obtener 658 mil 562 votos 61.68% de la votación, no aceptó dialogar directamente con dos grupos: el clan universitario y el de los hermanos Charrez Pedraza; ahora el Clan Universitario buscará sacar ventaja de este empoderamiento que nadie sabe en que pueda desembocar si Adán Augusto resulta candidato, mientras buscan a quien culpar de este triunfo político de Gerardo Sosa Castelán.

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