Por sus acciones le reconocerán

Por sus acciones le reconocerán

DESDE LO REGIONAL

Raul Arroyo
Abril 28, 2025

El poder enaltece y envilece, lo mismo eleva o desecha, genera reconocimiento e igualmente repudio, honra o ridiculiza; dependiendo del tono de su ejercicio destaca y caricaturiza; es veleidoso, exhibe debilidades y potencia inteligencias, conlleva riesgos, genera prestigio y tentaciones; es efímero, da oportunidades y cancela convicciones.

El poder cambia humildad por soberbia, destruye familias y acrecienta amistades, modifica valores por intereses, convicciones por conveniencias; atrae reflectores y degrada sensibilidades; provoca desgracias y hasta la muerte. Genera adulación y puede provocar envidia.

Quienes encuentran en su vida el poder, de cualquier naturaleza, enfrentan la disyuntiva de ejercerlo para bien o irresponsablemente; pueden dejarlo obnubilar su existencia llevándoles al fracaso, o administrarlo para hacer exitosa su responsabilidad. En ambas opciones las consecuencias suelen ser transgeneracionales, afecten a una familia o a una nación.

Al final de su existencia vendrá el juicio irremediable, de dimensiones proporcionales a la magnitud del poder ejercido, cuando claros y oscuros queden exhibidos, entonces, solo entonces, cada quien tendrá su ubicación en la Historia.

Las valoraciones apresuradas, sean para exaltar como para denostar, no convienen; vale más dejar serenarse las pasiones y sedimentar la fama para obtener certeza en la calificación a otorgar.

Sucede con todas las personas de poder, al concluir su vida inician el tamiz de la posteridad. Sucederá con el papa Francisco cuyo pontificado había concluido, en los hechos, meses antes de su muerte por la ausencia física de la Santa Sede obligada por una salud decadente propia de su avanzada edad.

Sin embargo, no es apresurado un acercamiento a la trascendencia de su obra, hay elementos objetivos para hacerlo, dos muy recientes, de acceso inmediato y gran valor: la propia visión del obispo de Roma en Esperanza. La autobiografía (Penguin,2025), y otro llamado a ser, por el autor, contenido y coincidentes circunstancias de su aparición en vísperas de la muerte del pontífice, el libro del año: El loco de Dios en el fin del mundo (Penguin,2025), del español Javier Cercas.

Personalmente me resulta importante, por eso lo destaco, el interés y las acciones del papa Bergoglio en temas tan cercanos a la humanidad, aparentemente lejanos a la misión pastoral y la divulgación doctrinaria: sus mensajes, llamados y definiciones de la impartición de justicia para las personas juzgadoras; y, más recientemente, los dirigidos a las dirigencias políticas de las grandes potencias, agrupadas en el G7, acerca de los riesgos del uso de la Inteligencia Artificial.

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Y por más trascendentales, las acciones emprendidas por el jesuita en torno de la justicia y la ciencia: su impulso, respaldo formal y el reconocimiento del Vaticano para el Comité Panamericano de juezas y jueces por los derechos sociales y la doctrina franciscana, COPAJU, en 2019, presidido por el juez argentino Roberto Andrés Gallardo; y, en 2023, la fundación del Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales “Fray Bartolomé de las Casas”, para cuya Junta Académica designó a los doctores Raúl Eugenio Zaffaroni, Alberto Filippi y Marcelo Suárez Orozco, con funcionamiento en el ámbito de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.

Ambas decisiones del papa Francisco parecieran adelantarse a una realidad preocupante donde justicia ni ciencia son prioridad, se desdibujan particularmente en América, cuando es notoria una indiferencia, si no el extremo de la destrucción, desde el ejercicio de otro poder: el político.

mho