Políticos huastecos aprovechan la explotación de la miseria

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Explotar la miseria y pobreza de la gente, es una actividad favorita y gran negocio de políticos sin escrúpulos, sí, esos que aprovechan la mínima oportunidad para hacerse pasar cual mansos e inofensivos corderos, pero que en su realidad son unos auténticos lobos hambrientos de riqueza y poder, con ambición desmedida.

Lo comentado quedó sobradamente de manifiesto en las celebraciones del día del niño y de la madre, fechas que, por su sensibilidad entre la población, fueron por demás aprovechadas por personajes que utilizaron a niños, niñas y mujeres adultas para fotografiar su simulada bondad.

En el caso de los niños y niñas, cabe mencionar que fueron manipulados a cambio de un mísero obsequio con valor monetario quizá de diez pesos, sin embargo, los niños ignoran eso, pero quienes lo planearon y ejecutaron no, porque saben que ese monto se multiplicará por miles de veces una vez que logren el poder.

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Por lo que toca a las mamás no fue diferente, ya que, a cambio de llenar galeras, patios, calles y espacios públicos en comunidades y colonias, recibieron de sus benefactores enseres de plástico como vasos, platos, cubetas y otros más con un costo monetario individual de 5 pesos o menos, valor que en teoría o en la práctica los políticos le dan a cada persona desde su punto de interés.

De quiénes hablamos, en la Huasteca no es un secreto, son aquellos que hay elecciones ablandan su corazón y salen a darse baños de pueblo, para hacer creer que son buenas personas, aunque saben perfectamente que la realidad es otra y que los mueve la ambición porque sus palabras no coinciden con lo que hacen.

Algunos conocidos o no tanto, otros más por ahí buscando colarse y tratando de impactar, todos tienen algo muy en común: tirar dinero para comprar voluntades.

A esa práctica se le conoce como la forma más utilizada para sacar raja de la pobreza, esa que es el patrimonio al que una inmensa mayoría tiene acceso, porque en la Huasteca no hay fuentes de empleo y la mayor el dinero que circula es el de los programas gubernamentales federales y estatales, que son solo “para sobar el lomo”, una válvula de escape.

En periodos de gobierno pasado, los políticos y los ricos se hicieron multimillonarios vendiendo la pobreza, y aunque suene raro así fue realmente, líderes mesiánicos “comercializaron” a los partidos políticos a la gente como si fuera ganado, cada líder recibía beneficios por cada individuo que decía controlar.

Hoy, a un año de que se lleve a cabo un proceso electoral para renovar la Presidencia de la República, Senadurías, Diputaciones federales y estatales, alcaldías y regidurías, sobran los valientes apuntados que quieren sacrificarse por el bien del pueblo y ser quienes administren millones de pesos en recursos públicos.

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Los hay de todo tipo, desde aquellos que ya fueron y no saciaron su ambición, ahora quieren regresar para concluir su imperio económico, y de paso, utilizar el poder político que consigan para seguir con sus venganzas personales y terminar con sus adversarios.

Otros, también, quieren asociarse con sus malos similares o peor que ellos mismos, para igualmente expandir su poderío y sobreponerse a quienes en su oportunidad no los dejaron avanzar, estos son el ejemplo vivo de que los políticos no tienen amigos sino socios y secuaces.

El hecho en sí es que nuevamente se pone en la mesa y a la vista de todos la ambición y la lucha por el poder, se expone el hambre insaciable por el dinero fácil que concede el vacío legal en el manejo inapropiado de los recursos públicos, porque es de todos sabido que a los de arriba no les importa lo que pase con los de abajo, si de ellos reciben su tajada de lo robado y malversado.

La Huasteca ha sido el laboratorio en el que se han practicado todas las fórmulas existentes para usar a los hombres y mujeres en beneficio propio, es en esta región donde los pobres son una excelente moneda de cambio y el mejor y más rentable botín político, así lo vemos con los funcionarios y sus familiares que regalando juguetes y trastes de los más baratos están en la escena política esperando morder parte del presupuesto.

Basta recordar cuantas organizaciones políticas, campesinas, populares y de toda índole han existido a lo largo de la historia en la Huasteca, todas ellas adheridas a los partidos políticos que ostentaron el poder en su momento, y cuyos residuos hoy se mezclan en otros organismos, en los cuales quienes los dirigieron asoman la cabeza para sobrevivir y mantener su nada honrosa forma de vida.

Lamentablemente, y aunque se dice que los tiempos han cambiado, la situación sigue siendo la misma: los pobres con su hambre y miseria son la mejor mercancía para utilizarla y trepar al balcón de la riqueza y el poder político, “salen baratos” ha dicho un sujeto sin escrúpulos que busca nuevamente el poder; “no valen madre” dicen otros que ya probaron la miel del erario público y que lo desean nuevamente.

Ahí está de nueva cuenta el laboratorio listo para los experimentos de siempre y que más que probados están, esto es algo semejante a tirarle una tortilla a un animal hambriento, el cual se arrastrará para comerlo porque no conoce otra manera de hacerlo, pero sobre todo, porque los políticos así lo han acostumbrado.

Por Iñaki Fernández

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