Omar Fayad, recta final

Agujeros Negros

Como uno de los gobernadores mejor calificados del país llega Omar Fayad Meneses a su último año de gobierno a pesar de que no encontró las mejores condiciones para enfrentar los retos de una entidad como Hidalgo con rezago y marginación a lo que se suma la emergencia sanitaria por la pandemia que volvió el ejercicio de gobernar mucho más complicado. 

Su habilidad política y visión de Estado le permitió transitar con una relación institucional y de respeto con el gobierno federal, lo que no es nada fácil, pero rompió barreras un ejemplo claro fue enfrentar con responsabilidad la tragedia de San Primitivo que le costó la vida a 137 personas que extraían ilegalmente hidrocarburo de una toma clandestina, aun cuando correspondía al gobierno federal. 

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Mantiene equilibrios entre el gobernar, la relación con la federación y directamente con el presidente sin traicionar su origen, por el contrario el Partido Revolucionario Institucional (PRI) local y nacional lo consideran principal activo electoral debido a los resultados de gobierno y a la forma en que da respuesta a los problemas como lo es la pandemia de Covd-19. 

Omar Fayad, consideran los observadores cumple las expectativas generadas como gobernador, cargo al que aspiró en 2005 y 2011 por el PRI y, fue hasta la tercera ocasión en que las condiciones se alinearon a pesar de algunas resistencias al ubicarse como el mejor posicionado lo que probó en las urnas a pesar del accidentado proceso para elegir ayuntamientos donde se apreció en toda su magnitud la “AntroPRIfagia”. 

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Logró como jefe político del priismo recomponer a su partido y ha gobernado teniendo mayoría opositora en el Congreso Local manteniendo equilibrios, no sin enfrentamientos con grupos de poder, sin desatención a los grupos sociales, en su último año de gobierno tendrá también una oposición legislativa interesante, pero más plural obedeciendo más a sus partidos que a un grupo de poder en particular.  

Sus retos principales ahora son concluir sus programas y obras centrales, abundar en la transparencia y lo más difícil es lo político, porque la cereza del pastel sería que el PRI retenga el Poder Ejecutivo en 2022, lo que es complicado porque no será él quien aparezca en la boletas y la popularidad ni se hereda, ni se endosa.  

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