Apuntes
Aunque las mujeres y las niñas integramos la mitad de la población mundial, nuestra participación en la ciencia es una asignatura pendiente, al igual que en otros renglones.
Gracias a la histórica lucha por conquistar espacios, hoy las mujeres desempeñamos exitosamente múltiples roles y a sabiendas que el desafiante camino por recorrer aún es largo, no bajamos la guardia en busca de mejoras.
El 11 de febrero se celebró la décima edición del Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia proclamado por la ONU, que coincide con los 30 años de la Declaración y plataforma de acción de Beijing, documento histórico que sienta las bases para igualdad y empoderamiento de la mujer a nivel mundial.
Estas dos fechas son cruciales para el reconocimiento del género femenino, en particular el primero tiene como objetivo central lograr una mayor participación e inclusión de las mujeres y las niñas en el mundo de la ciencia y la tecnología y con ello coadyuvar a la ruptura de esta brecha de género.
En torno a este día se revelan datos y estadística, justamente en el sitio web oficial de la ONU se asienta que en las estructuras de gestión de la investigación, la proporción de mujeres en puestos directivos sigue siendo baja, y que, a pesar de la escasez de competencias en la mayoría de los campos tecnológicos que impulsa la cuarta revolución industrial, las mujeres siguen representando sólo el 28% de los licenciados en ingeniería y el 40% de los licenciados en informática y computación; y, en campos de vanguardia como la inteligencia artificial, solo 1 de cada 5 profesionales (22%) es una mujer.
La misma fuente revela que una de cada dos científicas ha declarado haber sufrido acoso sexual en el trabajo; y que, a medida que las mujeres avanzan en sus carreras científicas, la brecha de género se acentúa.
Y no paramos por números, de acuerdo con la UNESCO, las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33% de los investigadores en el mundo, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres.
Las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas. Su trabajo está poco representado en las revistas de alto nivel y a menudo no se las tiene en cuenta para los ascensos. A la fecha solo 23 mujeres han sido galardonadas con un Premio Nobel en una disciplina científica.
Pero ¿Qué está haciendo la UNESCO en favor de la igualdad de género? Por citar algunos esfuerzos, crea la Organización de Mujeres Científicas del Mundo en Desarrollo (OWSD), un foro mundial que une a mujeres científicas de países en desarrollo y desarrollados.
Instaura el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO para la Mujer y la Ciencia para reconocer las contribuciones de las mujeres investigadoras en los desafíos globales de hoy; además, en apoyo de la libertad académica y de los enfoques transformadores de género, se establecen estándares globales para la ciencia abierta.
Queda demostrado que, pese a que las mujeres estamos perfectamente dotadas para la ciencia, no gozamos de las mismas oportunidades que los hombres para desarrollar una profesión científica y para progresar en ella, pues son amplios los desafíos por superar en el mundo para que la mujer científica se posicione.