Mucha tela de donde cortar
Balcón político
Si el nuevo gobierno quiere actuar y mostrar que a partir del 5 de septiembre “ni lo mismo, ni los mismos”, el titular del ejecutivo estatal, Julio Menchaca Salazar, tiene muchas oportunidades de mostrarle a los hidalguenses, que efectivamente el combate a la corrupción y a la impunidad va en serio.
A lo largo de estos alrededor de 45 días de gobierno, hemos conocido los reportes hechos por titulares de las secretarías de Educación Pública (SEP), de Salud, de Turismo y algunos otros órganos del gobierno, en donde se han detectado irregularidades en el manejo de los presupuestos.
Aquí se incluye a los presidentes municipales a los que se les vincula con la denominada “Estafa Siniestra”, esa en la que los alcaldes simularon ejecutar obras, para juntar recursos que sirvieron para otros fines, menos para los que fueron dispuestos.
Sigue leyendo: Julio Menchaca: Alcalde regreso más de 50 millones
Además de aquellos alcaldes y exalcaldes a quienes se les relaciona con el robo de hidrocarburos, que mantiene a Hidalgo en el nada honroso primer lugar, en tomas clandestinas, en todo el país.
En días recientes, el gobernador Julio Menchaca, reconoció que un alcalde vinculado con el presunto desvío de recursos, regresó 50 millones de pesos. No dijo de quien se trata ni si es todo lo que regresará.
El daño ocasionado a los recursos del pueblo, durante la gestión de Omar Fayad Meneses, salta cada vez a la luz y se involucran algunos de sus excolaboradores, sobre todo en el sector Salud en el educativo y en la Contraloría.
También lee: Devolverle al pueblo lo robado
Cada día nos enteramos de más fallas, más irregularidades, más abusos cometidos en perjuicio de los hidalguenses y por eso surge la esperanza de que con el cambio de gobierno, también venga un cambio de actitud, de cero corrupción y cero impunidad, que es lo que nos brindó en campaña el ahora gobernador Julio Menchaca Salazar.
Por lo pronto siguen las investigaciones, siguen los ajustes en todas las áreas de gobierno, y es de esperarse que se note que comenzamos a vivir en un nuevo gobierno, enfocado a acabar con prácticas que se volvieron costumbre, de las que sacaban ventaja unos cuántos a costa de la mayoría empobrecida.