Miles de mujeres unidas desmantelan las barreras

Más de 5 mil mujeres en Pachuca salieron a marchar a las calles este 8 de marzo, como reclamo ante el incremento de feminicidios en la entidad.

Como un acto simbólico por la falta de protección por parte del Estado, las integrantes retiraron las vallas metálicas que protegían el Palacio de Gobierno y se enfrentaron a granaderos cargados con extintores y gases, con lo que buscaban repeler la protesta.

Fueron familiares de víctimas de feminicidios, mujeres víctimas de violación, acoso sexual, hostigamiento y violencia familiar, quienes encabezaron el contingente que partió de Plaza Juárez rumbo al Parque del Maestro y retornado por avenida Revolución hacia la Plaza Independencia, donde escucharon testimonios de víctimas.

Marcharon en nombre de la menor Valeria, víctima de violación en 2023 y cuyo caso sigue detenido en los tribunales con su agresor libre; para exigir justicia por Lilí, asesinada por su pareja solo por pedirle el divorcio; por la desaparición de Fabiola desde 2019; por Lilian, víctima de feminicidio por parte de su arrendador, entre otros casos más.

Aunque la protesta transcurrió con tranquilidad, al finalizar la marcha en Plaza Juárez, las manifestantes se encontraron con vallas que bloqueaban el acceso al Palacio de Gobierno. Ante esta barrera, se generó un momento de tensión que derivó en la intervención de los granaderos, quienes respondieron con gases y extintores.

Sin embargo, en un momento de la protesta, algunas manifestantes realizaron intervenciones en el edificio, lo que llevó a que policías las en-capsularan y retuvieran a cuatro de ellas por algunos minutos. Ante esta situación, personal de la Comisión de Derechos Humanos del Estado intervino para garantizar su liberación y su reincorporación al contingente.

Las mujeres fueron liberadas tras la negociación de retirar el contingente de la Plaza Juárez y, aunque hubo el rechazo de algunas, la protesta disminuyó poco a poco, en tanto las cuatro manifestantes fueron llevadas a la CDHEH para iniciar su queja.

Tulancingo, grito de justicia y resistencia

Tres contingentes salieron con pan-cartas y marcharon en contra de todas las formas de violencia que afectan a las mujeres, pero en especial por los feminicidios que han marcado a la región de Tulancingo.

El colectivo separatista acuerpó a Mónica Elizabeth Sepúlveda González, madre de Vivian Daniela, una de las tres jóvenes víctimas de feminicidio en Santiago Tulantepec el pasado 30 de julio.

La mujer llegó desde Tijuana para alzar la voz por su hija y por todas las que ya no están. Su presencia fue un recordatorio palpable de la lucha que se vive en cada rincón del país.

A medida que avanzaba la marcha, las voces se unían en un eco de resistencia, al que también se unió un grupo por los derechos de las niñas y adolescentes.

Sin embargo, no todo fue unánime este 8M. Un contingente “trans incluyente” fue objeto de críticas por parte de algunos sectores de la marcha. Los organizadores defendieron la participación de mujeres cis y trans, argumentando su lucha en contra del patriarcado.

Brujas del Tule colocó un tendedero de denuncia, con el fin de visibilizar las agresiones que viven las mujeres día a día y se ofrecieron clases gratuitas de defensa personal a las mujeres.

La última manifestación fue nocturna, organizada por este colectivo emergente que ha tomado fuerza en la lucha por los derechos de las mujeres en la región.

Autonomía económica

Mujeres feministas de Tlaxcoapan realizaron una marcha con el objetivo de solicitar que el gobierno municipal, que encabeza Teresa Olivares Reyna, garantice espacios libres, seguros y gratuitos que ayuden a reforzar la autonomía económica de las mujeres.

A través de carteles y mantas, las mujeres expresaron sus consignas mientras marcharon por la avenida principal que conecta el municipio de Atitalaquia con Tlaxcoapan, hasta llegar a la zona centro, en donde colocaron sus carteles e hicieron algunas pintas en el palacio municipal, para sumarse a la petición de justicia por las dos niñas abusadas en Zimapán.

Dentro de las peticiones expresadas, señalaron la necesidad de que se les asigne un espacio seguro y gratuito para realizar la merca-dita, que es una de las pocas que continúan vivas en la región y que se coloca periódicamente en las es-caleras del Centro Cultural.

Recordaron que la idea principal es visibilizar la violencia económica que sufren muchas mujeres, por eso, en este tipo de espacios sí se comercializan productos, pero también se pueden hacer trueques e intercambios, pues el corazón de la mercadita es la protesta.

Por: Socorro Ávila, Nathali González y Joselyn Sánchez

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