Las marchas por la paz

Las marchas por la paz

Parecía que la sociedad hidalguense estaba normalizando que casi a diario tenemos conocimiento de un nuevo hecho violento, que cuestiona la idea que ha existido por años de que Hidalgo en contraste con otros estados es un lugar seguro.

Ninde MolRe
Febrero 5, 2025

El pasado lunes en Tulancingo, un grupo de alrededor de 50 personas vestidas de blanco salieron a marchar para exigir paz. Además, otras organizaciones convocaron a otra manifestación el martes en la que se espera el cierre de una carretera.

Aunque no tuvo tanta convocatoria, sus demandas me parecen legítimas. Las personas están hartas y con miedo por los asesinatos y balaceras que han sucedido en les últimas semanas. Parecía que la sociedad hidalguense estaba normalizando que casi a diario tenemos conocimiento de un nuevo hecho violento, que cuestiona la idea que ha existido por años de que Hidalgo en contraste con otros estados es un lugar seguro. A mí no me gustan las comparaciones entre lugares porque pienso que desdibujan las situaciones que ocurren en cada lugar y creo que este es un ejemplo de ello. Si pensamos en la situación tan pero tan terrible que están enfrentando en Sinaloa, que también la semana pasada se convocó a una marcha que terminó con los manifestantes destruyendo la oficina del gobernador quien esperan que dimita (situación que no sucederá), pues si, lo que sucede hoy en nuestro estado y en Tulancingo no tiene esas dimensiones.  Ese contraste puede ocasionar que deslegitimemos a las personas manifestantes de Tulancingo, que están desesperadas y con miedo por lo que están enfrentando. No debemos olvidar que tanto en Sinaloa como en Tulancingo las autoridades tienen la obligación de trabajar para generar ambientes libres de cualquier tipo de violencia y que no han sabido garantizar al menos desde el sexenio de Calderón, es decir 14 años de incumplimiento.

Otra cosa que no debemos de olvidar es que, aunque llevemos una década en este contexto de horror, dónde hemos aprendido a normalizar todo está violencia y sus estragos y por tanto, no salgamos a marchar para exigir acciones de paz; significa que aceptamos vivir así. Nadie lo acepta, solo que nos han obligado a aprender a vivir así para poder continuar sin que eso implique que deslindamos a los tres niveles de gobierno por sus carencias que hoy nos ponen en peligro.

Por ello, no importa si son 50 o mil personas las que se manifiestan, el mensaje que llevan de fondo es el importante, estamos cansades y queremos tranquilidad.

¿Cuál será la respuesta del gobernador ante estas manifestaciones?