Las huellas del acoso escolar

Las huellas del acoso escolar

El acoso escolar o bullying es un comportamiento repetitivo, no deseado y agresivo entre niños y adolescentes que principalmente puede ser verbal, físico, social y virtual, cuyas consecuencias son tremendas en el rendimiento escolar, cambios de conducta como timidez, inseguridad, pérdida del sueño, miedo, o no querer ir a la escuela.

Brenda Flores Alarcón
Mayo 3, 2025

Las graves y duraderas consecuencias del acoso escolar dejan marcas indelebles en las víctimas, pero también en agresores y testigos.

En los ambientes escolares se forma y se prepara para la vida, el objetivo central es que el conocimiento llegue al estudiantado y se transforme en mejores oportunidades y condiciones personales con impacto en el progreso social, de aquí la importancia de que el ambiente en las escuelas sea de bienestar.

El acoso escolar o bullying es un comportamiento repetitivo, no deseado y agresivo entre niños y adolescentes que principalmente puede ser verbal, físico, social y virtual, cuyas consecuencias son tremendas en el rendimiento escolar, cambios de conducta como timidez, inseguridad, pérdida del sueño, miedo, o no querer ir a la escuela.

La salud mental de las víctimas de bullying se afecta severamente, suelen presentar depresión, baja autoestima, ansiedad, pérdida de la confianza con los demás, aislamiento social y hasta ideación suicida, y más allá de esto, los efectos a largo plazo pueden derivar en problemas de socialización o dificultades en las relaciones laborales.

Desafortunadamente estas conductas se presentan en diferentes formas y matices, algunos factores que las generan son el desequilibrio de poder cuando una persona tiene mayor influencia que la víctima, prejuicios, discriminación, y hasta la falta de protocolos y personal capacitado en las escuelas para identificar y abordar este tema.

La UNICEF refiere que, por lo general, el acoso puede identificarse a través de tres características: intención, repetición y poder; un acosador tiene la intención de causar dolor, ya sea a través del daño físico o de palabras o comportamientos hirientes, y lo hace de manera repetida. La misma organización señala que los niños tienen más probabilidades de ser víctimas de acoso físico, mientras que las niñas suelen sufrir acoso psicológico.

La prevención siempre será la mejor manera de hacer frente, en el hogar con acercamiento y comunicación con los hijos hablando el tema abiertamente y con frecuencia, observando si le altera ir a la escuela o participar en actividades dentro de la misma, si presenta marcas físicas, tiene pocos amigos dentro o fuera del colegio, y entre otros, vigilar el consumo de contenidos en internet.

En los planteles es importante generar protocolos de actuación y capacitar a todo el personal, nos solo al académico en materia de acoso escolar para prevenir y actuar.

En otro tono, también hay consecuencias para los agresores que presentan baja empatía, falta de control de ira, así como mayor probabilidad de desarrollar conductas antisociales y de salud mental, mientras que los testigos suelen normalizar la violencia y admitir las repercusiones que esto conlleva.

A pesar de los ordenamientos, guías para profesores y padres de familia, pronunciamientos y esfuerzos, los reportes de bullying en México incrementaron 205% en 2024 en comparación con 2019 de acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México y los números y formas de acoso escolar en el mundo resultan pavorosos.

Por esto, existe una efeméride dedicada a concientizar y buscar mecanismos para combatir el bullying, una fecha establecida por asociaciones de padres y diversas organizaciones no gubernamentales, el 2 de mayo, y la causa se representa con un lazo color púrpura.