“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Ha logrado trascender las fronteras de su comunidad para convertirse en un referente en el mundo de las flores

“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Actualmente, Gustavo está escribiendo un libro que explora el mundo de las flores desde la perspectiva del florista, donde comparte su visión y experiencias.

Nathali González
Junio 21, 2025

La historia de Gustavo Pérez Ortiz, un joven florista originario de San Miguel El Resgate, en el municipio de Acaxochitlán, es un ejemplo de perseverancia, pasión y transformación. Ha logrado trascender las fronteras de su comunidad para convertirse en un referente en el mundo de las flores.  

El próximo 6 de julio, Gustavo participará en la Expo Destination en Medellín, Colombia, con la ponencia titulada “De Florista a Exponente”. Esta participación es un reconocimiento a su trayectoria y a su visión innovadora en el ramo floral, que combina creatividad, estrategia comercial y un profundo amor por su oficio. 

Dueño de la empresa Floresta Eventi, en Cancún Quintana Roo, Gustavo ha dedicado su vida a perfeccionar el arte de la floristería. En entrevista con La Jornada Hidalgo, comparte que, en este destino turístico, donde se realizan más de 31 mil bodas al año, su trabajo ha tenido un impacto significativo, atendiendo múltiples eventos mensualmente y promoviendo la profesionalización del sector. 

De Acaxochitlán a Cancún: un recorrido lleno de desafíos 

Su historia comienza cuando Gustavo siendo apenas un adolescente de 14 años, fue invitado a trabajar en una temporada de Día de Muertos en Monclova, Coahuila. Proveniente de una comunidad donde la mayoría se dedica a las flores, explica que en su entorno las opciones eran limitadas: emigrar ilegalmente a Estados Unidos o buscar empleo en otras partes del país.  

“Me había salido de la escuela por la parte económica, somos cinco hermanos, y era muy complicado que pudiéramos sobrevivir solo con el sueldo de mi papá, que es obrero”, relata. Sin pensarlo, decidió adentrarse en el mundo floral, poniendo puestos afuera de un panteón para vender flores, hacer arreglos y vender ramos o flores sueltas para los seres queridos que visitaban a sus difuntos. 

“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Las jornadas eran extenuantes: alrededor de seis días de trabajo continuo, sin descanso, en condiciones extremas. Gustavo recuerda que, al partir de su hogar, siendo aún un adolescente rebelde e incomprendido, no estaba preparado para las duras condiciones del trabajo. 

“Dejo todo y me voy, sin preguntar, yo no me iba preparado para donde íbamos a trabajar, cuando nos dicen -hay que descansar- todos llevaban cobijas, chamarras, porque el frío es terrible, el calor es insoportable, es extremista el sitio y pues yo por más que trataba de acomodarme el frío era insoportable”, expresó. 

En uno de sus momentos de trabajo, Gustavo se percató de una situación que marcaría su percepción del lugar: “Nosotros al limpiar toda la flor se acumulan montañas de basura, empiezo a ver que le sale vapor, me acerco, empiezo a escarbar un poco y me doy cuenta de que es muy caliente. Pongo cartones, unas bolsas para que no se humedeciera y ahí me dormí alrededor de tres días, para poder aguantar el día”, narró. 

A pesar de las condiciones adversas, fue en ese entorno donde nació su amor por las flores. “Yo lo digo muy poéticamente, las flores a mí me arroparon desde que yo salí de mi hogar” dice con una sonrisa. Para Gustavo, esa experiencia fue una señal de que, a pesar de todo, había encontrado un lugar seguro y lleno de significado. 

A los 10 años, vender rosas en la carretera  

“Esa fue la primera vez que salí a vender flores, que me empecé a dedicar de lleno, pero mi primer empleo se puede decir que fue a los diez años, cuando alguno de mis tíos me compró dos paquetitos de rosas y en la carretera que va de Tulancingo a Santiago, en unos topes, a mí me tocó regalárselas en la ruta”, platicó Gustavo. 

 “Yo trabajaba vendiendo rosas y gritando en la carretera. Iba a la escuela en la tarde y en la mañana los de las rutas me dejaban subir a vender mis rosas y gritar: ‘central, seguro, bodega Aurrera, por Juárez, 21 de marzo’, todavía me acuerdo”, compartió con orgullo. 

Para Gustavo, las flores no solo representan un negocio, sino una dedicación y esfuerzo que ha perdurado a lo largo de los años. “Las flores siempre estuvieron presentes en mi vida, hasta que decidí dedicarme profesionalmente. En los momentos más complicados, digo yo, nací para esto”. 

“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Emprendimientos fallidos: un camino de aprendizaje 

Su camino no ha sido fácil. Confesó que ha enfrentado varios emprendimientos fallidos y hasta cuestiones de adicciones. “Si me hubieran dicho que emprender iba a ser así de complicado, hubiera dicho que no”, dijo entre risas, reconociendo los desafíos que implica su trabajo.  

Gustavo compara su labor con la cocina: “ves el platillo, se ve muy lindo, pero no sabes todo lo que está detrás: las horas, el trabajo, la logística, el estrés”. Actualmente, su emprendimiento tiene una alta demanda, con alrededor de 50 a 60 eventos al mes, en los que realiza entre cinco y seis por día. 

“No esperamos a que lleguen más flores y las dejamos esperando una semana para que abran; nosotros las empezamos a trabajar desde que llegan, con una logística muy demandante”, explicó. 

Una voz para la juventud en su tierra  

Gustavo ha llevado a personas de Hidalgo a capacitarlas en Cancún, para enseñarles un oficio. 

Suele ir una o dos veces al año a Acaxochitlán, regresa para estar con sus seres queridos, pero igual para compartir y motivar a quienes lo rodean. “Trato de ser esa voz para los jóvenes, que se involucran en adicciones y decirles ‘sí se puede salir’”, afirmó con convicción.   

En un mundo donde los tatuajes suelen ser considerados sólo como una expresión estética, Gustavo los ha convertido en un lienzo que narra su historia y aspiración. 

Uno de sus tatuajes más significativos, es el de un niño en un bosque, sosteniendo una flor en la mano, rodeado de pinos altos, característicos de su comunidad de origen. 

“Es un niño muy pequeño que anhela esa grandeza, un niño que desde pequeño ha querido crecer, salir adelante, demostrar que hay fuerza, algo que mostrar más allá de solo un comercio y me anhela verlo, tenerlo presente todo el tiempo, que ese niño alcanza sus objetivos, lo logra sigue avanzando, que no es una historia de éxito, sino que es una historia de propósito”, describió. 

“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Flores favoritas y su visión del futuro 

Gustavo tiene como flores favoritas las peonías y las rosas, las cuales considera impresionantes y con un significado profundo. “Una flor fue la que cambió mi vida, de ahí empezó todo”, comentó.  

Actualmente, está escribiendo un libro que explora el mundo de las flores desde la perspectiva del florista, donde comparte su visión y experiencias. 

“Hay una parte donde hablo como un niño ve una rosa: diez pesos una rosa no lo vale, tiene espinas, la tienes que cuidar, mejor me compro un dulce. Cuando crezco sé que las flores me hablan otro idioma que no se trata de un precio, sino de un valor”. 

“Las flores a mí me arroparon”: Gustavo, florista de Acaxochitlán hoy referente en Cancún

Uno de sus anhelos es abrir una escuela para enseñar a otros sobre el arte de ser florista. “Mostrarles a las personas que el oficio de ser florista no es un oficio únicamente sobre poner un puesto, dos cubetas y tres tablas y listo, de verdad se requiere una educación y no se le da la importancia que esta industria puede llevarle a nuestro estado, a nuestro municipio, a nuestra gente”, concluyó Gustavo. 

mho