Ninde Molde En Contra del Mar

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La violencia sexual y el privilegio

A Claudia no puedo mirarla como una víctima aislada, porque no lo es, es la mujer cis más poderosa de este país y sus acciones marcaran nuestra historia.

Ninde MolRe
Noviembre 12, 2025

Hay miles de fotos y videos rondando en las redes sobre el abuso sexual del que fue objeto Claudia Sheinbaum. Ocurrió a plena luz del día en el centro histórico de la Ciudad de México.

Aunque quisiera contarles mi posición sobre todas las discusiones que abrió el hecho, me quiero centrar en dos cosas que no dejó de pensar.

El primero tiene que ver con la idea de que el privilegio exenta de vivir ciertas formas de violencia, como la violencia sexual.  Vi varios mensajes que decían que sí a la presidenta le había pasado eso que nos esperaba a las demás, vi otros que decían que ni las que trabajan o estudian se libran de ello y otros más que convocaban a señalar que la violencia sexual es un asunto exclusivo de mujeres cis.  Cada una de estas narrativas visibilizan el elitismo, el clasismo y racismo que como seres de estas sociedades modernas hemos aprendido. Si bien es cierto que el privilegio puede librarnos de una que otra situación de violencia, no es garantía. Nunca lo será, cuando las feministas hablamos de violencia sistémica queremos señalar eso que esta en todos lados y le sucede a todas las personas, en cualquier edad, de cualquier género.

Esta misma narrativa justifica que entonces la violencia sexuales les suceda a las pobres, a las que no tienen una educación occidental, a las amas de casa, a las trabajadoras del hogar, a las racializadas, a ellas sí. En ese sentido pareciera que las demás deberíamos estar salvadas y como no lo estamos la gente debería indignarse por ello. Cruel, sí me preguntan.

Sin embargo, coincido con Mikaelah Drullard en que lo que nos diferencia al resto del mundo con la presidenta y que sucede con las personas que más privilegios tienen es la atención, la importancia que toman para el mundo sus experiencias, que tiene al alcance todo para contener las consecuencias de la violencia y que es muy seguro que alcance la justicia y reparación que busque y esa no es la realidad de todas, todos y todes les demás.

La otra cosa que sigo pensando es que la reacción de Claudia y del Estado se esta enfocando en lo punitivo, en accionar al sistema penal que esta más que documentado no ha servido para disminuir la violencia sexual, ni ninguna otra forma de violencia en general.  Ya leímos en varias notas que hay que aumentar las penas. ¿Dónde queda la prevención? ¿Dónde queda la reparación? ¿Dónde está el plan para la no repetición, que no solo incluya que no les suceda a las que somos más privilegiadas, sino a nadie?

En ningún lado, porque las políticas publicas que logran el cambio cultural toman mucho tiempo y conocer sus resultados no produce los titulares que sí logran las medidas punitivas.

A Claudia no puedo mirarla como una víctima aislada, porque no lo es, es la mujer cis más poderosa de este país y sus acciones marcaran nuestra historia. Por ello es que la apuesta a lo punitivo deja una huella, otra más, en un camino que no apunta a la erradicación de estas violencias.

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