La pediatría oncológica es un reto y la enseñanza de vivir al máximo

Mónica Langarica, directora del Hospital del Niño DIF

Especialista en pediatría oncológica, la doctora Mónica Langarica Bulos es una profesional destacada en el ámbito de la medicina hidalguense. Reconoce el reto que le significa cada uno de sus pacientes para sacarlos adelante y lograr que superen el cáncer, además de valorar su capacidad de ser felices y de vivir para jugar mañana.

Nacida en la capital del país, llegó a Pachuca siendo adolescente porque su familia materna es de Hidalgo. Recuerda que desde muy pequeña le gustaba el trato con las personas y el cuidado.

“Me llamaba mucho la atención cómo funcionaban las partes del cuerpo y por qué había un desequilibrio. Entonces desde chiquita me fui orientando a la medicina”, dijo en entrevista.

Foto: Especial

Siendo ya una adolescente, dos de sus familiares estuvieron muy graves, lo que la hizo decantarse aún más por conocer cómo curar.

“Cómo podría yo ayudar para que las personas no vivieran esta situación; siempre mi interés fue la parte científica.

“Me decidí a estudiar medicina y me fui envolviendo en todas las áreas […] El hospital me gusta mucho, la parte hospitalaria, la adrenalina, el cuidado del paciente crítico, el cuidado del paciente grave o que tiene potenciales complicaciones, me gusta porque finalmente es un reto y creo que todos somos un poquito de lo que nos reta, es lo que nos va a llevar a hacer cosas mejores”.

Posteriormente inició su internado de pregrado “y ahí es donde decido que me gustaba la cirugía y encuentro que la parte de la pediatría era más bonita, los pacientes pediátricos son un poquito más cuidados, el trato es más relajado con un niño que con un adulto, podemos llegar mediante el juego y otras experiencias a que nos digan qué es lo que tienen, que nos digan cuáles son sus síntomas, sus signos y aprender a leerlos, a comunicarnos con ellos y posteriormente llegar a su resolución”, explica.

En principio, Mónica Langarica se planteó convertirse en cirujana pediatra.

“Me fui al Hospital Infantil de México Federico Gómez, donde me formé como pediatra, y durante mi estancia en esos tres años de pediatría me fui enamorando de mi especialidad, de gastro, de endocrino, de todo, y ahí fue donde conocí esta parte de la oncología pediátrica.

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“El niño oncológico representa un reto más grande todavía que un niño sano, pero para poder tratar a un niño con cáncer tenemos que saber toda la parte de la pediatría o conocer mucho de la pediatría y ser experto en muchas cosas para poder atender a un niño grave. Ahí fue que decidí, sí me gusta la cirugía, pero me gusta más la oncología pediátrica”, compartió.

Explicó que se trata de una especialidad más integral y en el caso de estos pacientes no nada más el niño está enfermo, sino que se enferma todo su entorno.

“Porque los papás están preocupados, pierden su sustento económico muchas veces porque se tienen que trasladar, pierden sus redes familiares porque están en otros lugares, entonces se enferma toda su comunidad y ahí es donde nos reta más, para ver qué podemos hacer para que ese niño enfermo tenga las mejores posibilidades de curarse”.

Desde el primero de marzo de 2015, se incorporó al Hospital del Niño DIF, en donde actualmente es directora, y en octubre de ese mismo año se integró al Hospital del ISSSTE, donde estuvo como oncóloga y después se convirtió en jefa de enseñanza.

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Una montaña de emociones

Mónica Langarica reconoce que cuando un niño toca la campana de que ha vencido al cáncer se viene una montaña de emociones. Implica que se está terminando la parte de la enfermedad e iniciando un periodo de vigilancia.

“Un periodo de estudios y de un seguimiento de al menos 5 años para poder decir que ya está libre de cáncer”.

Reitera que esa parte es muy emocionante porque el médico se vuelve parte de una rutina familiar.

“Somos parte de un equipo, el equipo está conformado por el médico, el niño, sus papás, su familia, enfermeras y psicólogo. Sin ese equipo no funciona un tratamiento”.

La mujer en la medicina

Mónica Langarica Bulos consideró que como mujer le tocó vivir una generación que ya había roto muchas barreras en el tema de la medicina.

“Sin embargo, en el área hospitalaria, no solo aquí en Pachuca, sino en hospitales más grandes, donde hay una tradición más militarizada, muy machista en algunas situaciones, es difícil entrar.

“Y no tanto por el que no podamos o no queramos, pero sigue habiendo acoso sexual, sigue habiendo comentarios misóginos.

“Pero también estamos en una etapa en la medicina donde hay más mujeres, más del 60 por ciento de los ingresos a las escuelas de medicina y de las especialidades médicas son mujeres; estamos en un proceso donde dominamos a la medicina, hay más mujeres que hombres como profesionistas médicos».

“La otra parte es la de los pacientes, pues se prefiere el estereotipo del doctor hombre, o llegar al hospital y pues ‘señorita’ en lugar de ‘doctora’, lo dicen los mismos pacientes, el mismo paciente de repente se frena en nuestra sociedad”, expuso.

Ante la circunstancia social actual, consideró que debe haber un punto medio, no inclinarse ni al machismo ni al feminismo.

“Somos una sociedad, no tenemos que ser feministas ni machistas, tenemos que ser una sociedad de pares, entonces tenemos que hacer trabajo en equipo y el trabajo en equipo no tiene que ver con el género ni con el sexo de la persona, tiene que ver con la capacidad intelectual de cada uno y de cómo conjuntar las fortalezas de cada uno para que el trabajo funcione”.   

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Lo que le enseñan sus pacientes

La especialista reflexiona sobre los chicos que ha sacado adelante y les manda como mensaje “que vivan, cada día es un día diferente y solo vivimos por hoy, y lo que tengamos que vivir, que lo vivamos al máximo”.

Cree fuertemente en los valores y en la ética y comparte que la mayor enseñanza que ha aprendido de los niños es vivir cada día.

“Ellos buscan vivir al máximo y no están pensando en todo eso que pensamos como adultos. Eso es lo que más nos enseña un niño, a ser felices, a luchar por nuestra vida, a vivir para jugar mañana”.  

“Es amor lo que hacemos, tener mucho amor por nuestra profesión para poder atender a un paciente y ser empáticos”

Mónica Langarica Bulos

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Edgar Chávez

Periodista nacido en Pachuca. Egresado UNAM FES Aragón