La maquiavélica jugada de Morena

El Faro

Ya salió el peine, dice la máxima popular, que sin duda sirve para referirnos a la reciente jugada política mediante la cual la bancada de Morena logró echar para atrás la presidencia rotativa de la Junta de Gobierno del Congreso del estado.

Y es que la llave maestra que permitió sacar adelante la reforma fue la alianza del grupo parlamentario de Morena con el autodenominado Grupo Plural Independiente (GPI), que se formó tras la ruptura al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) producto de las decisiones que tomó la actual dirigencia nacional, encabezada por Alito Moreno y Carolina Viggiano.

El punto es que, con la adhesión del GPI a la bancada de Morena, se rompió el dique que impedía reformar el artículo 98 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo de Hidalgo, que en adelante permite que la presidencia de la Junta de Gobierno sea ejercida por quien coordine el grupo legislativo mayoritario.

En pocas palabras, con la reforma aprobada el pasado 17 de junio la bancada morenista tendrá a su cargo la presidencia del Congreso durante los próximos tres años, lo cual le permitirá a la próxima Legislatura transitar sin sobresaltos.

Pero hay otra jugada política con la cancelación de la presidencia rotativa: con la reforma le cerraron la puerta al Partido del Trabajo (PT) en su intención de dirigir la presidencia de la Junta de Gobierno durante la próxima Legislatura.

Recordemos que, al quedar como tercera fuerza en el Congreso, al partido de la estrella le correspondía presidir la Junta de Gobierno el tercer año de ejercicio legislativo, lo cual, dado el enfrentamiento que protagonizó con Morena y el gobernador durante el proceso electoral, anticipaba nubarrones en el panorama grupo político dominante.

No obstante, la jugada de Morena mostró un pragmatismo que no a todos cayó bien, pero que le permitirá al gobierno encabezado por Julio Menchaca ahorrarse desencuentros futuros sobre todo con el Grupo Universidad, que como sabemos, controla actualmente la franquicia del PT.

Hay otro ingrediente que le da un toque de humor negro a la aprobación de la reforma: quien encabeza el grupo de independientes ahora morenistas es nada más y nada menos que Julio Valera Piedras, quien operó la resistencia priista en 2018, y que le permitió a ese partido aprobar la reforma que puso en marcha la presidencia rotativa del Congreso.

No hay duda de que el destino tiene bajo su manto sorpresas que ni el más avezado analista podría anticipar. Muestra de que en política no hay nada escrito y que aún los más acérrimos enemigos, en un contexto distinto, pueden llegar a ser aliados. Esta vez contra un nuevo partido opositor: el PT y sus aliados del Grupo Universidad.

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Jorge Romero

Periodista con casi dos décadas de kilometraje. Interesado en hurgar las entrañas de la nueva anormalidad.