Homicidios y violencia crecen como la espuma en Hidalgo

Mayo de 2022 se ubicó como el mes no solo con la mayor incidencia delictiva en los últimos tres años, con 4 mil 844 denuncias interpuestas ante el Ministerio Público del fuero común, también se identificó como el periodo con mayor número de carpetas de investigación por homicidios dolosos en lo que va del año con 35, y que dieron cuenta de 41 personas asesinadas en 31 días.   

El homicidio doloso en Hidalgo se incrementó en este 2022, y el recrudecimiento de la violencia comenzó desde enero, cuando el 30 de ese mes, se presentó el primer multihomicidio en Mineral de la Reforma con saldo de seis muertos en un solo hecho. De acuerdo con versiones de autoridades hubo al menos dos tiradores y detrás había indicios de narcomenudeo. 

Para el quinto mes del año ya suman 124 las denuncias iniciadas ante el MP de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) por homicidio doloso con base en datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En suma, se dan cuenta de 156 víctimas, la mayoría hombres.   

El aumento mensual de asesinatos en mayo es de 115 por ciento comparado con el mismo mes de 2021, pues pasó de 19 personas a 41. Tan sólo en la noche del día uno de ese mes, se registró otro multihomicidio en el mercado capitalino Primero de Mayo, cuyo saldo fue de cuatro personas muertas con arma de fuego, hecho por el cual hasta el momento solo hay una persona detenida y vinculada a proceso. 

Crecen homicidios respecto al 2021  

En los primeros cinco meses de 2022 se registró un incremento del 25.8 por ciento de este delito considerado grave, pues de 120 muertes violentas de enero a mayo de 2021, la cifra pasó a 156 víctimas, con base en el informe de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPyPC). 

Los municipios en donde han ocurrido los asesinatos, ejecuciones y hallazgo de cuerpos con señales de tortura son: Pachuca, Mineral de la Reforma, Ixmiquilpan, Tula de Allende, Huichapan, Atotonilco de Tula, Tizayuca, Tasquillo, Zimapán, Cuautepec de Hinojosa e incluso Tecozautla, Nopala o Alfajayucan (según los datos abiertos del informe diario de la SSPyPC) que, aunque son territorios con menor población, tienen alta incidencia en el robo y trasiego de combustible, a observar en el mapa de tomas clandestinas identificadas durante 2021 por Petróleos Mexicanos (Pemex) dadas a conocer vía solicitud de transparencia.  

En el caso del municipio de Ixmiquilpan no sólo es el trasiego de combustible, también el narcomenudeo y la extorsión se suman como ilícitos detrás de las muertes violentas. En enero se registró la primera balacera en contra de muebleros con saldo de tres muertos.  

Desde 2019 en esta demarcación denominada como cuna del Valle del Mezquital, se registraron  ejecuciones y al menos cuatro asesinatos múltiples; en su momento la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) negó la presencia de algún cártel de la droga, y atribuyó los hechos a un grupo criminal local. La detención de un exsecretario de Seguridad Pública municipal apaciguó la zona durante meses, pero los hallazgos de personas ejecutadas y la incidencia de balaceras continúan hasta 2022.  

Con similares hechos reportados, están municipios como Huichapan, tan sólo en marzo pasado fueron localizadas cinco personas asesinadas y con huellas de tortura, así como las ya constantes cartulinas con amenazas.  

Ante la ola de violencia que se vive en la entidad, es de destacar que los días más violentos para Hidalgo durante 2021 y 2022 fueron: el 18 de abril que registró siete asesinatos en una noche (al menos dos ejecuciones de parejas por separado); en la madrugada del 27 de abril, cuando en la planta de Cruz Azul, tras un enfrentamiento entre saboteadores y trabajadores de la empresa se dio el homicidio de ocho personas. Otra fecha que destaca en Tula es el 18 de agosto del año pasado, cuando se registraron seis asesinatos. 

Septiembre de 2021, el mes más violento    

El mes con mayor violencia del que se tiene registro en 24 meses es septiembre de 2021, cuando hubo 46 homicidios, es decir, 1.5 personas ultimadas por día; en ese periodo se levantaron 31 carpetas de investigación, pues hay que recordar que estas se inician de oficio, pero es por hecho no por víctima.   

El 2022 se proyecta como el año con mayor incidencia de muertes violentas a nivel nacional, e Hidalgo no es la excepción, pues se prevé que supere las 296 carpetas de investigación por el delito de homicidio doloso que se registraron en 2020, año de pandemia con dos periodos de confinamiento.   

En este periodo la tasa de mortalidad entre los hidalguenses por esta causa llegó a los 10.85 casos por cada cien mil hidalguenses, y en 2019 que alcanzó el 11.54, con base en datos por carpetas de investigación y víctimas, según el último reporte del SESNSP.  

Tolerancia social al crimen y geografía, Ingredientes de la delincuencia local   

Por Jorge A. Romero  

En Hidalgo la incidencia delictiva se explica por distintos factores, que tienen que ver con aspectos geográficos, la tolerancia social al crimen y por la complicidad que existe de parte de las instituciones, que tienden a ser capturadas para permitir el crimen, explicó el investigador Mario Cruz Cruz. 

Mediante metodologías científicas, el director de Investigación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) ha estudiado desde hace varios años la evolución del crimen organizado en la entidad, y lo que ha encontrado es que hay varios factores que explican la conformación y evolución histórica del fenómeno delictivo.  

En entrevista con La Jornada Hidalgo, Cruz expuso que el fenómeno de los multihomicidios que se han presentado últimamente en Pachuca, Mineral de la Reforma y el Valle del Mezquital podría explicarse por distintos factores, el primero de los cuales tiene que ver con la conformación histórica del crimen. 

“El crimen en general tiene una ruta crítica que se va nutriendo a partir del incentivo de pertenecer a un grupo”, explicó, y dijo que en México el narcotráfico ha sido uno de los detonantes más importantes, que a su vez provoca otro tipo de delitos.  

En nuestro país, cada espacio geográfico está asociado a la evolución de un grupo criminal, aunque para entender el fenómeno del avance de los homicidios también es necesario ver cómo actúan las instituciones, argumentó el doctor en ciencias en políticas y sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).  

“Si encontramos espacios que no son atendidos socialmente, si existe un contubernio con el crimen, puedes darte cuenta del resultado: ocurre que el crimen está capturando a las instituciones, lo que conocemos como captura institucional”, añadió.  

En Hidalgo, dijo, el avance del crimen no ha sido homogéneo para todas las regiones. Por ejemplo, en el caso de Pachuca, su cercanía con el Estado y la Ciudad de México “genera condiciones distintas a otras regiones”. Y reconoció que el fenómeno delictivo en la capital del estado tiene que ver con la incidencia de robos que se cometen en la Ciudad de México y su zona metropolitana.  

Sobre el caso de la capital del estado, el investigador recordó que el discurso de las autoridades explica que existe un fenómeno de importación del crimen por la cercanía con ciertas entidades federativas, lo cual es cierto, pero también se explica por la insuficiencia de las políticas institucionales para combatir la delincuencia, reflexionó.  

Respecto a la afirmación constante por parte de las autoridades de que en Hidalgo no hay células del crimen organizado, Cruz dijo que la evidencia empírica dice que sí hay presencia de diversos grupos delictivos, lo que ha generado manifestaciones de “exhibicionismo de poder”, que es parte de los mecanismos que utiliza el crimen organizado para hacerse presente “y generar una construcción que tiene que ver con la percepción de terror y violencia”.  

Sobre este último punto, el coautor del libro Comercio, inseguridad y captura institucional. Las distorsiones en las mipymes hidalguenses (Plaza y Valdés, México, 2018) abundó que no es lo mismo una muerte a balazos que una ejecución tumultuaria, una ejecución donde la violencia es un símbolo que se emplea para causar terror, disciplinamiento social y enfrentamiento a los otros grupos que se disputan las regiones.  

“Entonces por eso vemos este tipo de escenarios”, dijo, en referencia a los multihomicidios que han ocurrido en la capital del estado durante este año.  

Captura institucional y participación social en el delito  

Explicó que al tener el concepto de captura institucional, es posible tener una geografía del delito en el estado de Hidalgo, en la que encontramos diversas características. Hay municipios y regiones donde la violencia es evidente “porque se ha permitido institucionalmente que convivan este tipo de prácticas”, y en otros espacios los delitos tienen que ver con actos de corrupción.  

En ese sentido, dijo que no es lo mismo la región de Pachuca, que Huichapan, Tecozautla o Tepeji del Río, que son zonas que conviven geográficamente con Querétaro, donde hay grupos delictivos de alto calado, “y si te das cuenta es en estos espacios donde se han suscitado los eventos de mayor impacto de violencia”.    

El investigador destacó que en Hidalgo se da el fenómeno de la participación de la sociedad en el delito, sobre todo en el robo de hidrocarburo.  

Dijo que el huachicoleo, como coloquialmente se le conoce, detona buena parte de la violencia que padece el estado de Hidalgo y un fenómeno que debe tomarse en cuenta es el cobijo social que tienen cierto tipo de delitos, lo que es una muestra de cómo el crimen penetra a la sociedad. 

En ese sentido, el investigador hizo hincapié en que lo que ha ocurrido en Hidalgo es que tiende a flexibilizarse el concepto de crimen, con lo que después incluso se justifica, lo que da pie al nacimiento de sociedades criminales. 

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