Homenajea Semar a perrita ‘Frida’ a un año de su fallecimiento
La Secretaría de Marina (Semar) rindió homenaje a su perrita rescatista Frida, al cumplirse un año de su muerte, con una ceremonia encabezada por el subsecretario José Luis Arellano Ruiz y por la secretaria de Protección Civil del gobierno capitalino, Myriam Urzúa Venegas.
“Sin duda fue una perrita fuera de serie, a un año de su lamentable fallecimiento, Frida aún nos acompaña, por ello la Secretaría de Marina ha puesto su imagen en las casacas que porta el personal naval en la aplicación del Plan Marina”, señaló el subsecretario.
Se recordó que Frida participó en 55 operaciones de rescate, salvando a 12 personas con vida y ayudando a recuperar 43 cuerpos.
Entre otros operativos, estuvo presente en las labores de auxilio por el terremoto de Haití en 2010; en la explosión de Pemex en 2013; en el deslave de Ecuador en 2017; así como en los sismos de 2017 en Oaxaca y la Ciudad de México.
El subsecretario Arellano afirmó que el recuerdo de Frida impulsa a la Marina a continuar con sus labores de apoyo a la población civil.
“Precisamente en estos momentos, personal naval se encuentra realizando labores en el estado de Guerrero, en donde continúan atendiendo a la población para mitigar los efectos causados por el huracán Otis.
“A la población guerrerense, desde este punto, les decimos que continuaremos a su lado y no los abandonaremos, en estos momentos es cuando más extrañamos a nuestra querida Frida”, señaló el funcionario.
En la ceremonia, el subsecretario de Semar y la secretaria capitalina, acompañados por otros mandos navales, hicieron una guardia de honor frente al monumento que se levantó a Frida en la sede central de la Armada. También acudieron niños de educación básica, quienes depositaron flores y lanzaron globos blancos al aire, en recuerdo de la perrita rescatista.
Su entrenador, Israel Arauz Salina, también recordó a su binomio canino y afirmó que es un ejemplo de cómo la Marina está cuando y donde más lo necesite la población civil afectada por un desastre.
Por Eduardo Murillo
