¿Herrera, sorpresiva opción?
Historias que contar
A raíz de la sorpresiva exclusión de Arturo Herrera del camino que lo llevaría a encabezar el Banco de México, surgieron expresiones perfilándolo en calidad de candidato de Morena por la gubernatura del estado.
Hoy ex secretario de Hacienda, en Twitter confirmó que el presidente Andrés Manuel López Obrador había reconsiderado su nombramiento, y que le había informado una semana antes de que se hiciera oficial.
Nunca el reconocido economista hidalguense, de comportamiento ejemplar, dio indicios de ser aspirante para gobernar la entidad en donde nació.
Se advertía, cuando intervino en las conferencias mañaneras, que gozaba de la confianza de AMLO.
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En temas de su jurisdicción, siempre fue claro, sin advertirle promociones a su estatura de ser uno de los principales funcionarios en la Cuarta Transformación.
Pero bien dijo alguien que en este acertijo en que se ha convertido el buscar para el partido guinda su hombre o mujer para contender el 5 de junio “no se descartan las sorpresas o los giros inesperados”, aunque se advertiría precipitada decisión ubicarlo como pretendiente y consumar lo que tanto se repite: la alternancia política.
Leyes del Poder
Robert Greene es autor de Las 48 leyes del poder, de Editorial Océano, con una décima octava reimpresión en julio de 2021.
Nació en Los Ángeles, California. Posee posgrado en estudios clásicos. Trabajó como editor de revistas, traductor y articulista. De su obra se detalla: amoral, inmisericorde y, sobre todo, instructivo, que concentra tres mil años de historia en máximas claras y concisas.
Se puede estar o no de acuerdo con él, pero se diría que es práctico.
Estos son algunos ejemplos. Nunca le hagas sombra a quienes están arriba de ti.
El criterio es: “Siempre haz sentir cómodamente a tus superiores a quienes están arriba de ti. En tu deseo de complacerlos e impresionarlos, no te excedas al ostentar tu talento, o lograrás lo contrario: inspirar temor e inseguridad. Haz que quienes están arriba de ti parezcan más brillantes de lo que son y alcanzarás las cimas del poder”.
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Nunca confíes demasiado en tus amigos; aprende a utilizar a tus enemigos.
Criterio: “No te fíes de tus amigos: te traicionarán muy pronto, porque son presa fácil de la envidia. Asimismo, se volverán malcriados y tiránicos. Emplea en cambio a un antiguo enemigo y te será más leal que un amigo, porque tiene más que demostrar. De hecho, hay más que temer de tus amigos que de tus enemigos. Si no tienes enemigos, búscatelos”.
Disimula tus intenciones.
Criterio: “Conserva a los demás desconcertados y en tinieblas, sin revelarles nunca el propósito de sus acciones. Si los otros no tienen idea de que tramas, no podrán preparar su defensa. Indúcelos a seguir el camino equivocado, envuélvelos en bastante humo, y para cuando se den cuenta de tus intenciones, será ya muy tarde”.
Triunfa mediante tus acciones, nunca mediante la discusión.
Criterio. “Cualquier triunfo momentáneo que creas haber logrado con una discusión es en realidad una victoria pírrica: el resentimiento y rencor que provocarás son más intensos y perdurables que cualquier cambio de opinión pasajera. Es mucho más convincente hacer que los demás coincidan contigo mediante tus acciones, sin decir una sola palabra. Demuestra, no expliques”.
Cuando pidas ayuda, apela al egoísmo de los demás, nunca a su compasión o agradecimiento.
Criterio: “Si necesitar acudir a un aliado por ayuda, no te molestes en recordarle tu apoyo y bunas obras del pasado. Buscará la manera de ignorarte. En cambio, revela algo en tu petición, o en tu alianza con él, que lo beneficie, y enfatízalo fuera de toda proporción. Reaccionará entusiasmado cuando vea que tiene algo por ganar para sí”.
Conserva tus manos limpias.
Criterio: “Debes parecer un dechado de eficiencia y civilidad: tus manos jamás se manchan con errores y obras repugnantes. Conserva ese impecable aspecto usando a otros como peones y pantallas involuntarios para disimular tu participación”.
Y faltarían 42 por analizar. Ojalá nunca nosotros estemos en esas posiciones a las que alude el señor Greene.
