¡Hasta siempre, ‘Toro’ Valenzuela!

Cuando nos toca decir adiós, casi siempre es con tristeza y nostalgia; hoy llegó el día de que el ámbito deportivo, en particular del béisbol, y todos los mexicanos, más que darle un adiós, le digamos con júbilo y orgullo: ¡Hasta siempre, ‘Toro’!, luego de que el pasado 22 de septiembre el pitcher Fernando Valenzuela trascendiera de esta vida, para dar paso a su leyenda.

La casualidad puede ser tan fascinante como misteriosa, pues la fecha de su partida fue a un día de cumplirse 43 años de que lanzara en su primer y único juego en una Serie Mundial del béisbol de las Grandes Ligas. Aquel 23 de octubre de 1981, el ‘Toro’ Valenzuela con los Dodgers de Los Ángeles venció en el juego 3 a los New York Yankees.

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Justo el mismo contrincante, al que la novena angelina enfrenta en este ‘Clásico de Otoño’ 121, el odiado rival con el que se ha visto las caras 12 veces por el título de la Major League Baseball; y que diera inicio este viernes (3 días después de su deceso) en Los Ángeles con el apoteósico triunfo con un grand slam de los locales por pizarra de 6-3, coincidentemente mismas cifras de la edad que tenía Fernando.

Previo al duelo, las emociones estuvieron a flor de piel con el gran homenaje hecho en honor del ‘Toro de Etchohuaquila’, con su familia presente en el diamante del Dodger Stadium, y con sus ex compañeros Orel Hershiser y Steve Yeager, poniendo la bola en el montículo marcado con su emblemático número 34, ese que fuera retirado por la institución californiana el 11 de agosto de 2023, aún en contra de sus propias políticas, pues solo Fernando y Jim Gilliam con su 19, han sido inmortalizados sin ser parte del Salón de la Fama del Béisbol de Cooperstown.

Este hecho resulta inexplicable para muchos expertos y aficionados al ‘Rey de los Deportes’, debido en parte al gran impacto mediático y fenómeno social que provocó la ‘Fernandomanía’ de 1981 que lo convirtió en ídolo de las multitudes, no solo en México, sino también entre la afición hispana, que abrió el mercado para los peloteros latinos en Estados Unidos; pero esto en nada desacredita sus méritos deportivos.

Además de ganar dos ocasiones la Serie Mundial con los Dodgers: (1981 vs Yankees y 1988 vs Atléticos de Oakland), entre los más importantes logros del originario de Sonora está un hecho inusitado: haber ganado el trofeo al Novato del Año y el Cy Young en la Liga Nacional durante la misma temporada 1981, además de que en su faz de gran toletero ganar 3 Bats de Plata, entre sus  múltiples hazañas.

Su carrera en la MLB duró 17 años: L.A. Dodgers (1980-1990), Angels (1991), Baltimore (1993), Philadelphia (1994), San Diego (1995-1997) y Cardinals (1997); pero en México también dejó un gran legado: Tuzos de Guanajuato (1977-1980), Mayos de Navojoa (1977-1984 y 1988-1994), Leones de Yucatán (1979), Naranjeros de Hermosillo (192 y 1997-2002), Venados de Mazatlán (1993), Charros de Jalisco (1992 y 1994), con los que tuve la fortuna de verlo lanzar ante Diablos Rojos en el extinto Parque del IMSS, y por último Águilas de Mexicali (2004-2007).

Es muy cierto el dicho de “uno pone y Dios dispone”, pues estaba previsto que hoy en su columna 200 de ‘Epopeyas… de hidalgos, heroínas y otras gestas deportivas’ hablar del Gran Premio de México 2024, pero ha sido un gran honor dedicarla a la partida de Fernando Valenzuela, uno de los 3 grandes del deporte profesional mexicano. Y como es costumbre el cuestionamiento queda para ustedes queridos lectores: además de él, Hugo Sánchez y Julio César Chávez, ¿a qué otro atleta incluirían en la elite deportiva de nuestro país?

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