Hasta siempre José Agustín

APUNTES

El mundo de la literatura y la cultura nacional se viste de luto, el gran José Agustín trascendió a otra dimensión.

Solo intentar hacer un recuento de todo lo que deja José Agustín resulta fatuo, en estos últimos días corrió la noticia de la muerte del autor como reguero de pólvora en las redes sociales y de inmediato surgieron las notas, reportajes y homenajes sobre su vida y obra.

Inminentemente me regresé a la prepa, cuando un grupo de amigos leíamos La panza del Tepozteco después de las clases y de la mano de un profesor de literatura que, dicho sea de paso, también nos organizó para la confección de un reputado altar de Día de Muertos (mismo que levantamos); el profe Arquímides paladeaba el libro, y nos sentíamos entre las tripas del cerro, sorteándola para poder salir.

Te recomendamos: El día más triste del año

El propio José Agustín definió su obra como la contracultura mexicana, sin duda les brindó identidad a muchos jóvenes con su lenguaje coloquial y su estilo definido, la cultura popular de la época sesentera y el rock fueron siempre una mezcla definitoria en su vida para pintar un México diferente.

Escribió su primera novela a los 16 años, muchos aplaudieron su forma fresca, atrevida y rompedora de estructuras, mientras que otros lo señalaron de poco serio y fuera de la academia, lo cierto es que salió de los moldes de la época y es un referente literario no solo en nuestro país, su amplia producción también incluye guiones para cine, ensayos y cuentos.

Estudió letras clásicas en la UNAM, composición dramática en Bellas Artes y dirección cinematográfica en el CUEC; en Estados Unidos fue becario de las fundaciones Guggenheim y Fulbright, además profesor en la Universidad de Denver; su producción es muy extensa, entre otras obras, se destaca: La tumba; Se está haciendo tarde; Ciudades desiertas; Cerca del fuego; De perfil; y, Vida con mi viuda.

Puedes leer: El phubbing más allá de una falta de educación

Hay mucho que leer y bastante más que decir del representante de la literatura de la onda de los años 60, cuenta en su autobiografía “El rock de la cárcel” su paso por Lecumberri, donde coincidió con José Revueltas y posteriormente escribieron el guion cinematográfico para El Apando; esta obra, describe su gusto a corta edad por la escritura, nos deja ver los claro-oscuros de su vida y mentar madres como va.

Fue José Agustín Ramírez, hijo del escritor, quien comunicaba en Facebook la partida de su padre el pasado 16 de enero y así lo despide: «Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de José Agustín: esposo, padre, hermano, abuelo y escritor devoto de la literatura y la música, así como de sus lectores de cualquier edad. Quien fue un prolífico escritor, autor de novelas, cuentos, obras de teatro y guiones de cine. Guerrerense de corazón, autodidacta empedernido, amante de la comida y los placeres; jungiano, estudioso del I Ching, aficionado de la astrología e impulsor de todas las formas de contracultura. Se fue en paz, rodeado de su amorosa familia».

Hasta siempre José Agustín.

Mostrar más