Familia de migrantes en dos equipos
Lo cierto es que…
Con la idea de encontrar oportunidades que lo lleven a él, su esposa y sus hijas a vivir mejor, Gerino mira haca el horizonte y sonríe porque está seguro de que logrará su sueño.
A sus 38 años de vida, considera que tiene un espíritu aventurero que lo ha llevado a viajar, aprender otro idioma y encontrar trabajo lejos de su país.
Originario de la comunidad de Orizabita, municipio de Ixmiquilpan, se dice mexicano, migrante y con suerte. Aprovecha todas las posibilidades que le da la vida y lo reconoce. Ha trabajado mucho para lograrlo.
La entrevista a Gerino transcurrió en su pueblo, durante una fiesta de cumpleaños en la que se sirvieron platillos de la región preparados a base de insectos y cactáceas. De un lejano escenario proviene el grito “¿Me estás oyendo inútil?, de una imitadora de Paquita la del Barrio. Y contesta a la pregunta: “no he perdido mis raíces; no me siento extraño cundo regreso a mi tierra”.
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Considera que ha buscado el progreso y la superación por haber viajado a Estados Unidos, donde debió aprender, lo que fuera, pero aprender. En Orizabita es común que emigren varios: se van en grupos de primos o amigos. Allá están muchos.
Tras 18 años de vivir en Estados Unidos, y cinco de tener la ciudadanía estadunidense, mantiene una buena relación con su esposa, quien vive en Orizabita al lado de su hija menor, de 3 años de edad. También convive estrechamente con su hija mayor, de 13 años de edad, con quien vive en Dallas. Las dos niñas son ciudadanas norteamericanas.
Consciente de que el idioma es el primer obstáculo para comunicarse y trabajar en Estados Unidos, Gerino aprendió a hablar y escribir en inglés luego de varios años. Definitivamente eso le ha abierto puertas.
Regresó a Dallas en y trabajó en mantenimiento de un edificio. Para entonces ya conocía a Reyna, quien ahora es su esposa. Ella se fue con él a EU, donde nacieron sus hijas. Aprendieron el inglés en la escuela y en casa les enseñaron el español. Para mantener mejor su economía, él y su esposa decidieron separarse temporalmente. Así hicieron dos equipos: su esposa y su hija menor estarían en Orizabita, y Gerino y su hija mayor, en EU. De esta manera cada dueto avanza a su ritmo. Los cuatro se encuentran por lo menos una vez al mes.
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Ante la opción de aprovechar las oportunidades de trabajo, Gerino se dice apoyado por los americanos que lo han visto trabajar. Además de que lo han enseñado, también lo han impulsado.
A propósito de mejorar su economía, decidió abrir un bar discoteque. Es un negocio cuyo desarrollo está planteado en varas etapas, pero que logra atender con la ayuda de sus hermanos. “Veo con mucha ilusión este negocito, me irá bien”.
Gerino se siente seguro porque permanece el fin de semana con su. familia y asegura que sus planeas de vida han sido cumplidos, aunque todavía falta mucho por hacer. Acepta, sin embargo, que entre más tiene más quiere.
Lo cierto es que… esta familia se encuentra en una situación privilegiada. Arman sueños y los cumplen, uno por uno, poco a poco, como la vida.
Twitter@AidaSuarezCH