En un post del portal zoom Madrid puede leerse que: “Las causas de la extinción de los dinosaurios que supuso el fin del Cretácico son todavía un misterio. Los científicos manejan diferentes teorías que van desde el impacto de un asteroide a un largo y catastrófico periodo de actividad volcánica. En lo que todos están de acuerdo es que la extinción de los dinosaurios fue un verdadero desastre que afectó a la cadena alimenticia y dio paso al reinado de los mamíferos sobre la Tierra.
El Jurásico y el Cretácico fueron los dos periodos de gran apogeo de los dinosaurios. Se calcula que fue hace sesenta y cinco millones de años, cuando se extinguió el último dinosaurio terrestre, los gigantescos mosasaurios y plesiosaurios de los mares y los pterosaurios de los cielos.
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La explicación del asteroide habla de que el impacto de un meteorito podría haber nublado los cielos con polvo y gases privando a la Tierra de la energía del sol, impidiendo la fotosíntesis y provocando destrucción. Mientras, la hipótesis de los volcanes asegura que los ríos de lava, las nubes de dióxido de carbono y los gases que emanan de los volcanes podrían haber envenenado a los dinosaurios.
Las últimas teorías hablan de que la extinción de los dinosaurios no se produjo de repente, sino que desaparecieron lenta y progresivamente a causa de los fuertes cambios climáticos y la retirada de los mares poco profundos. Afortunadamente no todas las especies animales desaparecieron. La mayoría de los mamíferos, aves, serpientes, tortugas, cocodrilos, salamandras y ranas lograron sobrevivir a este cataclismo”.
Este post, super clarividente sobre la extinción de algunas especies me suena a metáfora de lo que ha ocurrido desde la implosión política que ocurrió en 2018 con el cambio de régimen en México. Es como una especie de explicación científica del proceso de desaparición de los dinosaurios y la fase de evolución de las corrientes de pensamiento político y la era de adaptación y sobrevivencia política en nuestro país.
Pienso en esto, y en el ejemplo que observamos hace unos días en la política local de Hidalgo, cuando un “bebé dinosaurio” arremetió en redes para “defenderse” de un señalamiento sobre el patrimonio que tiene, o que dicen que tiene. Creo que tal desatino fue un error grave si se piensa que para poder subirse al ring de la opinión pública es necesario tener algo más que un apadrinamiento político. Para estar en el mundo del debate hay que tener discurso, solvencia moral, probidad, pero, principalmente ideas. O bien, explicado en las palabras del físico Sadi Carnot, hay que “hablar poco de lo que sabes y nada de lo que ignoras”.
Y es que es muy sencillo, y esto es para cualquiera que se dedique a esto de la “política” si te ofendes por un trascendido o una nota y no eres culpable de lo que te imputan: ¿Por qué se ofenden? O bien, si lo son: ¿Por qué se ofenden? ¿Cuál es el sentido de su molestia? Si no les gusta que les cuestionen por su comportamiento público, por los bienes que ostentan, por el auto que usan, por la ropa que visten, si no están dispuestos a entender que hay cosas que saltan a la vista y son focos de la opinión pública, porque se convierten en figuras públicas: pues entonces no lo haga. Si su deseo no está en soportar los golpes de la política y todo lo que implica, renuncien y dedíquense a otra cosa, no sé, ser locutor, historiador, chofer, lavaplatos, constructores, empresarios, no sé, lo que sea.
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