Empezar de cero

El Surtidor

Xu Lizhi tenía 24 años cuando se suicidó el 30 de septiembre de 2014. Este joven se arrojó por la ventana de su dormitorio en Shenzhen, una de las urbes chinas en que la trasnacional taiwanés Foxconn se dedica al ensamblaje de aparatos electrónicos como iPhone, iPad, Xbox, Playstation, Blackberry o Wii. Éste podría haber sido otro caso más de depresión de un joven asiático, que sumido en su rutina se sentía solo. Éste caso hubiera sido un grito más en medio del mar de voces de una de las regiones más pobladas del planeta. Sin embargo, la estela de lo trágico estaba ya en la impronta de los versos de este obrero: “Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, horas extra, salario./ Me han entrenado para ser dócil./ No sé gritar o rebelarme,/ cómo quejarme o denunciar,/ sólo cómo sufrir silenciosamente el agotamiento”

El fin de la soledad es la compañía, no el aislamiento, pero hay que especificar cuál es esa compañía y con quien se está. La filosofía de la soledad da dos respuestas: la razón interior, o natural; y la razón superior o revelada. La definición de la filosofía de la soledad fue formulada por la sabiduría grecolatina: voy a la soledad a encontrarme a mí mismo.

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En ese sentido Ángel Herrera Oria “distingue entre dos formas de soledad: la exterior, física, corporal, el estar solo, a solas, sin nadie. Y una segunda, la interior, compatible con la compañía y convivencia social. La soledad que siempre es necesaria, es la interior, la del corazón, es la del hombre que aunque físicamente esté entre los hombres conserva en la parte más serena de su alma de una gran paz interior…La soledad no es un fin, sino un medio para un fin”

Octavio Paz escribió que “todos los hombres, en algún momento de su vida, se sienten solos; y más: todos los hombres están solos. Vivir, es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre. La soledad es eI fondo último de la condición humana. El hombre es el único ser que se siente solo y el único que es búsqueda de otro. Su naturaleza, si se puede hablar de naturaleza al referirse al hombre, el ser que, precisamente, se ha inventado a sí mismo al decirle “no” a la naturaleza— consiste en un aspirar a realizarse en otro. El hombre es nostalgia y búsqueda de comunión. Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente como carencia de otro, como soledad”

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Creo que con el paso del tiempo, lo único que debería interesarnos aprender es a quedarnos callados, algunas veces para escuchar y otras para contenernos de no cometer más estupideces. Sin embargo, ese ejercicio no suele tener todos los resultados que se quisieran y por ello, en muchas ocasiones desangramos una verborrea que no colabora en nada y desborda lo que se había construido, tal vez por eso, cuando estoy como ahora, solo, frente a un procesador de textos, las ganas de abrevar de las palabras de personas que han dicho todo de una mejor manera de la que yo estoy pensando me vencen y entonces el proceso de construcción de un texto es como esa disparidad de citas que en la cabeza se acumulan, quizá por eso pienso en el consuelo de la soledad que otorga compasión y dulce cansancio, que nos hereda la posibilidad de sanar la herida e iniciar de cero.

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Daniel Fragoso

Daniel Fragoso Torres. Nació en Pachuca, lector, escritor, se ha desempeñado como profesor universitario, periodista, editor, funcionario público y consultor. Es insomne.
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