Elecciones y atentados

Testigo protegido

Una de las formas comúnmente usadas como recurso desesperado para sensibilizar a los electores, esto por parte de candidatos en último lugar de las preferencias ciudadanas, es la de generar compasión hacia su persona con hechos reales y ficticios, tales como vida de sufrimiento, pobreza y hasta atentados violentos.

La Huasteca y la Sierra hidalguenses no son la excepción, en tiempos idos, varios autoatentados fueron una manera de llamar la atención de la gente y causar lástima, provocando que más de uno se creyera lo dicho y mostrará simpatía hacia el afectado, incluso, colaborando para contarlo repetidamente hasta hacerlo del dominio popular y crear monstruos en los partidos contrarios al de las víctimas.

La época actual, ojalá y no, busca aparentemente repetir escenarios de esta índole, al menos así lo refiere la solicitud de protección policíacas solicitadas por varios de los abanderados de los partidos políticos en competencia, pero particularmente los de Morena en Huazalingo y Orizatlan, por citar algunos.

Ante los ojos de los electores y ciudadanía en general, tal seguridad resulta una ofensa, pues no es posible que se les asignen elementos de policíacos como escoltas personales cuando la violencia en la zona Huasteca está siendo nota nacional, como el «levantón» qué le dieron a cierto individuo en Calnali o los homicidios del pasado martes en una colonia de Huejutla

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No hay policía en las calles, sin embargo, la poca fuerza existente estatal y municipal se utiliza para favorecer a candidatos y sus colaboradores, lo que resulta quizá indignante porque deja en evidencia la difícil condición en la que la mayoría de Serranos y Huastecos debe sobrellevar su vida ante la incertidumbre de ser víctima de algún delito.

El tema es que la población no desea violencia, desea que el proceso electoral concluya este dos de junio en forma tranquila, sin incidentes que alteren el ambiente y paz social porque una vez enrarecido, habrá consecuencias fuera de control en los que la ciudadanía será la más afectada.

Recordemos que los partidos han firmado pactos de civilidad y respeto, teniendo como avales y testigos a los gobernantes de Hidalgo en turno, pero ninguno de los líderes político-partidista ni las autoridades tienen el control absoluto de lo que las masas con los ánimos encendidos puede hacer, más aún si los provocan con hostigamiento para quienes van al frente de los preferidos qué no suben sus bonos por ser malos candidatos, por lo que posiblemente recurren a prácticas poco éticas, como los autoatentados a falta de propuestas que convenza y si es real que se castigue a quien busca generar temor en la ciudadanía.

Por: Iñaki Fernández

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