El sexenio de AMLO fue marcado por tragedias y apoyos

La explosión en Tlahuelilpan y la inundación en Tula, dos momentos difíciles que definieron el sexenio de López Obrador en Hidalgo, entre compromisos cumplidos y otros en proceso.

El balance del sexenio de Andrés Manuel López Obrador en el estado de Hidalgo está marcado por dos catástrofes que dejaron profundas heridas en la entidad: la explosión de una toma clandestina de combustible en Tlahuelilpan y la inundación en Tula, así como por obras y proyectos que buscan fortalecer el desarrollo local.

Explosión en Tlahuelilpan: un trágico suceso durante el sexenio

El 18 de enero de 2019, apenas iniciado su gobierno, ocurrió uno de los eventos más trágicos de su administración: la explosión en San Primitivo, Tlahuelilpan, que dejó 137 muertos. “Fue uno de los momentos más difíciles de mi gobierno”, reconoció el presidente en reiteradas ocasiones durante sus conferencias mañaneras, señalando que la lucha contra el robo de hidrocarburos sigue siendo uno de los logros más importantes de su sexenio, aunque en Hidalgo la problemática apenas ha comenzado a reducirse en los últimos años.

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Otra catástrofe ocurrió en septiembre de 2021, cuando Tula de Allende se vio afectada por una inundación derivada del desbordamiento del río Tula. Aguas negras provenientes del Valle de México anegaron la ciudad y dejaron a más de 70 mil personas damnificadas y 15 fallecidos, 14 de ellos en el Hospital General de Zona del IMSS. La tragedia evidenció la falta de infraestructura hidráulica y la saturación de canales que cruzan el municipio.

AMLO visitó Hidalgo varias veces

Durante su administración, Hidalgo fue una de las entidades que más visitó López Obrador, con recorridos constantes en zonas rurales y urbanas. Su presencia en las comunidades de la Sierra Hidalguense fue destacada, especialmente en el contexto de contingencias por lluvias. En 2020, tras las intensas precipitaciones que afectaron a municipios como Huautla y Pisaflores, el presidente acudió personalmente a entregar apoyos y evaluar los daños, mostrando cercanía con las comunidades más vulnerables.

En cuanto a los compromisos de infraestructura y desarrollo, López Obrador prometió la reconfiguración de la Refinería de Tula, la ampliación de la carretera Pachuca-Huasca y la construcción de vagones del Tren Maya en Ciudad Sahagún. Algunos proyectos, como la autopista Real del Monte-Entronque Huasca, muestran avances significativos, mientras que la reconfiguración de la Coquizadora de Tula sigue en proceso con una inversión millonaria.

Las dos Universidades del Bienestar en Huasca y Chilcuautla ya operan, y la normal rural El Mexe reabrió sus puertas, aunque los estudiantes aún exigen la construcción de un internado.

En términos de salud, después de la inundación en Tula, el gobierno federal prometió la construcción de un Hospital de Especialidades del IMSS en Tlaxcoapan, en donde se está trabajando para abrirlo en la administración de Claudia Sheinbaum.

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El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, elogió el trabajo del presidente, destacando su enfoque en la reducción de la pobreza y el combate a la corrupción, mientras que en el ámbito político, la designación del exgobernador Omar Fayad como Embajador en Noruega generó polémica a nivel nacional.

El sexenio de López Obrador en Hidalgo cierra con sentimientos encontrados: tragedias que marcaron a la entidad, pero también avances en infraestructura y desarrollo que deberán ser continuados por la siguiente administración.

MHO

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