El “músico del panteón” ofrece su arte para cualquier momento

Desde los 9 años el youtuber comenzó a ganarse la vida cantando y sabe que la práctica y la constancia son la clave para sobrevivir

Gilberto Guerrero Gómez se autodenomina el “músico del panteón”, porque acompaña a quienes, en Día de Muertos, visitan a sus seres queridos. 

Pero además de músico, este hombre de 64 años tiene un canal en YouTube y se le ubica como “Gilgro y Leo” o “eltiochente”. 

Entre sus videos se pueden ver diferentes viajes a Estados Unidos, cantando solo o acompañado, y participando en un encuentro de youtubers, contando experiencias y aspectos cotidianos.  

Mencionó que tiene gran cantidad de videos que él mismo produce, presenta y comparte, y entre las canciones más populares y que más le piden está “Amor eterno”, “Solamente una vez”, “Te vas, ángel mío”, “Sabor a mí”, “Reloj”, “Tres regalos”, “Gema” y “Si nos dejan”… “y aunque no nos dejen”, lanza un chiste. 

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Práctica y constancia 

A manera de secreto reveló que lo que pretende es buscar aprenderse más y más canciones para que, cuando algún cliente lance un título, él lo sepa.  

“Eso hace que te busquen, porque no todos se las saben. ‘Cuando yo quería ser’, ‘Señora, señora’, ‘Madrecita’, todo ese tipo de canciones no todos los músicos las conocen a pesar de que se dedican a tocar”, aseguró con desdén. 

La práctica y la constancia son parte de su estrategia para poder sobrevivir con esta actividad que denomina es su modus vivendi

Sus inicios 

Inició como músico empírico a la edad de 9 años; llegado de Veracruz a Pachuca, tuvo la necesidad de ganarse el dinero, primero cantando y luego tocando sus primeros acordes. 

Comenzó por necesidad, pues “tenía que comer y empecé a correr, a buscarle”.  

Recuerda que su abuelita cantaba música coral en las iglesias, de ahí que haya heredado el gusto por este arte, aunque reconoció, y lamentó, que sus hijos, pese a que son entonados, no les guste tocar ningún tipo de instrumento, pero asegura que se siente orgulloso de que sean profesionistas. 

Foto: Martha de la Rosa

Explicó que entre las cosas que más le gustan de tocar en los panteones es que puede convivir con las familias, cantarles y alegrarlos en esos momentos en que se encuentran decaídos por las ausencias.  

En algún momento de su vida Gilberto Guerrero vendió carros y eso le dio la herramienta de negociación para que la gente, a la cual ofrece sus servicios, le pague de manera justa. 

“Sé negociar con las gentes y eso me ayuda mucho. Vendo mi trabajo, mi imagen, vendo todo lo que hago, mi arte, hasta mis gallos también los vendo”. 

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Sabe que durante estas épocas los clientes le piden “que no les cobre tan caro”, porque cada canción es a 50 pesos, pero también se adapta al presupuesto sin que eso signifique que abarate su labor o como él mismo le llama, “su arte”. 

“A veces les cobro de tres canciones a 200 pesos, pero cuando me dicen ‘es que es muy caro’ les pregunto ‘pero ¿para quién?, ¿o cuánto es su presupuesto?’”. Parte de dialogar con el cliente, él les hace una propuesta.  

Gilberto afirmó que está a las órdenes de quien lo necesite para los diferentes momentos de la vida, como divorcios, enterrar difuntos, 15 años, bodas “y hasta cambios de partido y de sexo”, bromeó. 

“Más para los momentos difíciles, porque hay que llegar a alegrarlos, es difícil, pero hay que tener siempre la sonrisa para motivarlos y así es como me gano el dinero”, concluyó.

“Vendo mi trabajo, mi imagen, vendo todo lo que hago, mi arte, hasta mis gallos también los vendo” 

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