El hambre de poder
En contra del mar
Escribo esta columna con la mayor incertidumbre y coraje que he tenido en las últimas semanas. En mi se manifiesta como náuseas.
El panorama político y gubernamental para nuestro estado no es claro.
Por un lado se están llevando a cabo dos procesos para la selección de presidente/a de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo y de la Comisión Estatal de Víctimas. Ambas instituciones, de ser fortalecidas, representarían un cambio en la manera de defender y proteger nuestros derechos humanos. Las listas de personas que se han inscrito a ambos procesos sólo demuestra que hay más interés en tener una posición de poder, en desmantelar estás instituciones que en otra cosa.
También lee: De ser ley al ejercicio de un derecho: el reto del acceso al aborto en Hidalgo
Al menos, está vez las entrevistas de a les aspirantes (cuyos perfiles no son competentes para estas labores) se transmitirán en línea, gracias a la decisión de la Comisión de Derechos Humanos de intentar transparentar y democratizar el proceso.
Por otro lado, la elección a la gubernatura nos está provocando más terror y angustia que certeza. Ya vimos que a Francisco Berganza no le interesaba el pueblo, solo quería una plataforma y que otres siguen dando la lucha desatendiendo sus municipios y sus labores federales, aprovechándose de luchas legítimas para captar titulares.
Carolina Viggiano presento una iniciativa ciudadana para reformar el Código Penal del Estado, desaparecer el delito de estupro y reformar el de violación, con la promesa de penas mayores. Le pregunto a la diputada ¿esto cómo se traduce en la disminución del delito y la reintegración? ¿Y con ello pretende ganar el voto de las mujeres?
Checa: Comisión de Derechos Humanos ciudadana
Y acabo de recordar ¿Qué ha hecho Sergio Baños y Adry Flores con su promesa de campaña de #metooPachuca e inclusión para todes? ¿Se dieron cuenta que no tenían atribuciones?
Aún no pierdo la esperanza, hay algunos perfiles en el Congreso y en el Poder Judicial con quienes contamos, pero sobre todo aunque somos poquites hay una sociedad civil institucionalizada y no institucionalizada que estará dando batalla ante ese futuro tan gris que nos espera.
