El Eternauta y la miseria humana

Juan Carlos Hidalgo

El Eternauta y la miseria humana

CIRCO SÓNICO

Juan Carlos Hidalgo
Mayo 5, 2025

Cada vez es más abrumador, así como efectivo, el funcionamiento de los algoritmos aplicados a las redes sociales… existe una intromisión inmensa sobre nuestro consumo de contenido -nos tienen perfectamente identificados-; es por ello que era previsible el desfile de diversas notas y publicaciones tras el estreno de la adaptación a serie del legendario comic argentino de ciencia-ficción El Eternauta.

Si no hubiera sido Netflix, alguna otra plataforma hubiera acometido sobre un clásico acerca de un ataque alienígena, pero que pretendía reflejar el salvaje comportamiento de la dictadura militar en aquel país sudamericano y que terminó por cobrar la vida del autor,Héctor Germán Oesterheld, así como cuatro de sus hijas (dos de ellas embarazadas).

Pero el enorme peso de esa tragedia humana no le quita méritos a la obra gráfica que se convirtió en una pieza de culto, reverenciada no sólo en América Latina, sino en el mundo entero. En esencia, un grupo de amigos -ya entrados en años- tienen que organizarse para sobrevivir y apoyar a Juan Salvo para encontrar a su hija de 17 años.

Muy pronto emprenden estrategias para salir a una ciudad (Buenos Aires) colapsada por una lluvia tóxica y que quedó atestada de los cadáveres de las personas que fueron sorprendidas en espacios abiertos.

Siempre que se adapta un clásico habrá polémica, como también elogios de parte de quienes apenas conocen a los personajes y la historia. Es por ello que prefiero centrarme en exponer otro aspecto relevante de El Eternauta.

Un pudiera pensar que ante una situación tan delirante y mortal la gente habría de mostrar solidaridad para tratar de sobrevivir, pero no ocurre así -todo lo contrario-. En el edificio en el que habita la ex esposa de Juan Salvo los vecinos entran en un frenesí violento y, en vez de ayudar, se convierten en una turba enloquecida que sólo busca su beneficio.

En otra escena, un mujer embaraza finge pedir ayuda afuera de una farmacia y cuando le abren resulta que todo era un truco para que su pareja pudiera robar el auto de los protagonistas. Lo que termina aflorando es la maldad.

Al final, uno se contagia  de un clima claustrofóbico, pese a que parte de la acción ocurre entre las calles. No puedo sino sentirme dentro de alguna novela de Jean Paul Sartre o Albert Camus, una en que quede explicitado aquello de “el infierno son los otros”.

La reacción de muchas personas en medio de esta tremenda situación límite es sacar su lado oscuro, mostrar la peor parte y dejarse llevar por el instinto de una manera completamente irracional. Incluso un adolescente engaña a Juan Salvo y su ex mujer llevándolos primero a su casa en vez de al domicilio donde podría estar la hija buscada… casi nadie juega limpio.

El Eternauta apareció por vez primera en la publicación Hora Cero Semanal, entre 1957 y 1959, pero existe una versión rehecha 10 años después, pero al mirar la reciente adaptación también resulta sorprendente su vigencia.

La serie posee distintos atributos, como la gran actuación de Ricardo Darín, pero también habrá quien encuentre lenta su narrativa. Charlas y debates vendrán, pero mientras todo ello sucede no puedo dejar de pensar en la miseria humana; no deja de impresionarme la capacidad que tienen las personas para sacar lo peor de sí mismas.

mho