El Barrio mágico El Arbolito celebró este sábado de Gloria la edición número 46 de la tradicional quema de Judas, una costumbre que ha perdurado desde 1976 como símbolo del rechazo al mal y la traición, en clara alusión a Judas Iscariote.
César Alarcón, organizador y heredero de esta tradición, compartió que este año se quemaron 10 muñecos con forma de diablos, payasos, campesinos, muerte y otras figuras simbólicas. Cada uno de ellos fue elaborado en Atotonilco con un armazón de carrizo, cartón, pintura y máscaras.
“Cada muñeco cuesta entre 2 mil y 2 mil 200 pesos, es una inversión importante que muchas veces cubro con recursos de mi peluquería”, señaló.
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A pesar de que la afluencia de personas ha disminuido con el paso de los años y el apoyo institucional ha sido limitado, Alarcón reconoce el respaldo de personas como el ex gobernador de Hidalgo, Francisco Olvera, quien ha colaborado para mantener viva la celebración.
“Sin él, quizá ya no podríamos seguir. La presidencia municipal solo me dio jugos para los ciudadanos, y lo que necesito es apoyo para los Judas”, lamentó.
Esta festividad no solo es un espectáculo de fuego y explosiones, sino una manifestación cultural con profundo significado espiritual.
“Simboliza el triunfo del bien sobre el mal. Es una forma de purificarse, de dejar atrás lo negativo del año”, expresó Alarcón.
Cada año comienza a planear el evento con al menos tres meses de anticipación.
Los muñecos, además de ser figuras impactantes visualmente, llevan colgados premios como latas de productos, las cuales pueden ser tomadas por los asistentes tras la explosión.
La quema de Judas en El Arbolito es más que una celebración; es una defensa de la tradición, una expresión de identidad barrial y un esfuerzo colectivo por mantener viva una costumbre que resiste al paso del tiempo.
Aunque cada año se vuelve más difícil sostenerla, César Alarcón mantiene la esperanza de que el próximo año vuelva a encenderse la chispa que, desde hace 46 años, ilumina el corazón de este barrio pachuqueño.
Por: Dulce Castillo
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