“Depresiones encubiertas”

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¿Cuánto sabemos respecto a la depresión y por qué es tan importante reconocerla y atenderla oportunamente? 

El término depresión es utilizado cada vez más en forma recurrente, es común escuchar: “estoy deprimido”, un alto porcentaje de la población mundial llega a experimentar una profunda tristeza ante alguna circunstancia, pero si esta no permanece ni interfiere en el desempeño cotidiano de responsabilidades y tampoco disminuye durante semanas el grado de motivación o satisfacción por lo que generalmente apasiona o interesa y no involucra pérdida del sentido de la vida,  es muy probable que solo se esté cursando por un episodio de tristeza generando por alguna situación externa específica, que en cuanto se elabora o soluciona remite ese estado de ánimo. 

La depresión clínica en cambio, es un trastorno mental en donde los sentimientos de tristeza, inutilidad, culpa, ira, sinsentido, apatía, permanecen durante semanas e interfieren negativamente en una, varias o todas las áreas de la vida.  

Es importante resaltar que el diagnóstico y tratamiento correcto de la depresión solamente puede hacerlo un especialista de la salud mental. 

La depresión es una enfermedad, por lo tanto, debe ser reconocida, diagnosticada y atendida como tal, desafortunadamente entre los mayores impedimentos para lo anterior están los estigmas en torno a los trastornos y enfermedades mentales mediante los que se descalifica  o subestima a las personas que las padecen, así como a los medicamentos  y tratamientos para las mismas. 

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Los estigmas y la depresión:  

Quien tiene depresión no tiene un carácter débil, no es una persona rara, es una persona con una enfermedad como lo son tantas otras personas con otro tipo de enfermedades, de hecho, entre las personas más fuertes que existen están las que tienen que lidiar todos los días con una enfermedad física y/o mental. 

Las personas con ansiedad o depresión, en ocasiones atraviesan por batallas muy difíciles con su propia mente, y a pesar de ello tienen y eligen seguir adelante, ocultando lágrimas, disimulando el miedo,  venciendo la incertidumbre respecto a si lo lograran cada día, y por encima de todo lo anterior, desempeñan de la mejor forma cada uno de sus roles, incluso, mejor que algunas personas que no tienen ni depresión ni ansiedad. 

Deberíamos insistir en reconocer que rebasar las limitaciones de vivir con un trastorno mental también  es tener éxito en la vida. 

Ningún ser humano debe perder la posibilidad de mejorar su calidad de vida, preservar y cuidar su salud física y mental, y para hacerlo hay recursos públicos y privados que pueden atender a quien lo requiera para que la depresión no nuble su camino y encontrar una salida sana a este túnel emocional que es la depresión.  

Igualmente, es necesario desestigmatizar el uso de los antidepresivos y otros fármacos para atender los trastornos mentales, por supuesto, nunca recurrir a automedicarse, sino buscar que estos sean prescritos por un profesional de la salud calificado para ello, como un médico, psiquiatra o un neurólogo, hacerlo de esta forma pueden cambiarle  favorablemente la vida a una persona deprimida. 

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¿Por qué se vive de manera silenciosa o encubierta la depresión? 

 Las razones que más suelen presentarse son: el temor a ser etiquetados y rechazados (otras enfermedades son por mucho, menos estigmatizadas que las enfermedades mentales) ante la creencia, y en ciertos casos, presión social o familiar de no necesitar apoyo médico y/o psicológico frente a la depresión debidas al desconocimiento de las consecuencias de la misma  y de los resultados que pueden obtenerse con un buen tratamiento, y a causa de la falta de conciencia de enfermedad: que el paciente acepte que tiene depresión, entenderla y conocer por lo menos lo indispensable de esta, comprometiéndose (cuando es posible ) a participar en el seguimiento de su tratamiento.  

O bien, se considera que es una depresión encubierta cuando los síntomas que se relacionan con lo que se piensa que es la depresión: tristeza, aislamiento, apatía, irritabilidad, entre otros, parecen no estar presentes, sin embargo, hay otros signos que son parte de la depresión que no se ven a simple vista, así hay personas activas, sonrientes, entusiastas y que apoyan a otros cuando en el fondo experimentan desolación, abatimiento, cansancio, sin aparentes problemas que alteran su estado de ánimo.  

Uno de los tipos de depresión más preocupantes es precisamente la depresión encubierta, porque al no parecerlo, al aparentar que “todo está bien”, el cuadro puede irse agravando hasta desenlaces verdaderamente trágicos. 

Estas depresiones encubiertas pueden estar presentes en quien evade la realidad en el juego o el alcohol, compradores compulsivos, detrás de conductas autopunitivas o de riesgo, quien falsamente cree que no  puede estar solo y opta por quedarse en relaciones violentas que tarde o temprano le harán más daño, los que sonríen y brillan aún sintiéndose tristes, vacíos y profundamente desolados. 

Enmascaradas en cambios bruscos en los hábitos de alimentación o sueño. 

Depresiones que se distorsionan tras la irritabilidad, la pasividad o en la manía.  

La depresión desde el punto de vista psicológico (cuando no hay una causa orgánica) también puede ser resultado de estar enojado o enojada por no defenderse ante lo que la persona siente que le afecta emocionalmente, experimentar ira en relación a ciertas circunstancias y autolesionarse, no necesariamente con heridas físicas sino abandonándose.  

La depresión y el sentido de vida: 

La vida a veces duele, en múltiples ocasiones es necesario reconstruir su sentido, Viktor Frankl (neurólogo, psiquiatra y fundador de la Logoterapia 1905-1997) decía que “La vida, en cualquier circunstancia siempre tiene sentido”,  aún en medio del sufrimiento, cuando aceptamos cómo nos sentimos y dejamos de juzgarnos o juzgar a otros por esto, damos pie a la oportunidad de solucionar correctamente los problemas o aceptamos aquello que no podemos cambiar, que no está en nosotros, y entonces es posible negarse a permitir que lo que no podemos cambiar se ínstale como sufrimiento obscureciendo la propia existencia.  

Sé que el dolor emocional existe y que puede llegar a ser abrumador, que es totalmente cierto que es muy difícil ganarle a los químicos de nuestro cerebro cuando no están funcionando correctamente, y a sí mismo puedo afirmar que la vida es bella, que amerita seguir luchando, continuar, ganar nuestras propias batallas, yo suelo mencionarles una frase a mis pacientes, es una frase del filósofo Nietzsche:  “quien tiene un porqué para vivir, casi siempre encuentra el cómo”, recordemos construirnos múltiples motivos para no dejar de tener un para qué insistir, para qué experimentar satisfacción, dicha, transitar por la vida tiene sentido si se construyen motivos para levantarse cada mañana, para  celebrar la vida por encima de las circunstancias, sin duda, requerimos crear constantemente razones para  reenamorarnos de la vida una y otra vez. 

La depresión puede ser tan dolorosa emocionalmente que no basta con palabras para salir de esta, algunos pacientes con depresión experimentan culpa por no lograr sentirse mejor a pesar de tener el apoyo de sus familiares, y en algunos casos sienten que “deberían ser felices”, pero no lo son, porque no basta con la decisión, porque no es cuestión de voluntad o de “ganas”, sino de solucionar lo que la está ocasionando. 

Hay que atreverse a decir en voz alta cuando se están perdiendo las ganas de vivir, ojalá que no suceda, pero si te pasa, compártelo, grítalo, busca y por favor, recibe ayuda, la depresión no se elige y precisamente por esto, es indispensable atenderla clínicamente. 

Es cierto, la depresión tiene muchas caras, algunas demasiado encubiertas, pero, fortuitamente tiene diversas alternativas para identificarla, diagnosticarla, atenderla y superarla o para aprender a vivir con ella y aún así mantener el mayor bienestar posible. 

Tener y mantener una mejor calidad en la salud física y mental es un derecho. 

Si sospechas que alguien cercano a ti  tiene depresión  o estás deprimido, solicita apoyo psicológico y médico lo antes posible, háblalo, evita aislarte, no estás solo, hay grupos para apoyarse a vivir con depresión, elige los que sean correctos, busca un tratamiento médico, comienza un proceso psicoterapéutico, admite que requieres apoyo y solicítalo, mereces y puedes mejorar inmensamente tu calidad de vida. 

Te abrazo 

Lorena Patchen  

Psicoterapia presencial y en línea.  

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