Denuncian lentitud en limpieza tras desbordamiento de río Tula
A ocho días de la inundación por el desborde de aguas negras del río Tula, en la ciudad cada es vez más fuerte el olor «a cañería», «a perro muerto» y «lodo podrido», según sus pobladores.
Habitantes de la colonia Centro y de otras 7 demarcaciones de la ciudad, reiteraron que el hedor sigue incrementando, a pesar de las declaraciones de las autoridades municipales, de que el avance del retiro de lodo y escombros es de más del 80 por ciento.
Según Alejandro Benítez Herrera, secretario de Salud de Hidalgo, el mal olor se debe a que en el momento que se dio la inundación, las sustancias provenientes de animales muertos y retretes de la Ciudad de México y de sus alrededores, estaban diluidas en el agua y no eran tan perceptibles, pero al momento en que da la desecación, se quedan esparcidas en el suelo en forma de polvo contaminado y se esparce con el viento.
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Por ello, Benítez recomendó a la gente no comer en las calles y deshacerse de los muebles, ropa y demás cosas que quedaron expuestas al agua negra, pues pueden generar cólera y otras enfermedades.
En tanto, el lodo proveniente del lecho del río, que en algunas partes es llegó a una altura de 40 centímetros, es retirado con excavadoras y maquinaria pesada y arrojado a camiones, algunos de los cuales fueron prestados de forma altruista por empresarios de la industria de la construcción y otros más rentados.
En las inmediaciones del Hospital número 5 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde fallecieron 15 pacientes la madrugada de la inundación, aún hay lodo. A través del enrejado aún se pueden ver amontonadas las camillas, estantes, lámparas y archiveros.
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En un extremo de la avenida Melchor Ocampo, el dueño de una taquería y sus empleados colocaron un puesto y obsequiaron tacos y refrescos a los brigadistas. Cerca de allí, en el Tianguis Municipal, jóvenes a bordo de una camioneta verde repartieron gratuitamente tortas y jugos de naranja, tanto a pobladores como a militares y marinos que realizaban tareas de limpieza. Pertenecen a las familias Cruz Santiago y López García, provenientes de Santa Ana Ahuehuepan y el cual no fue afectado.
Sin embargo, también hay quienes se aprovechan de la tragedia, pues ciudadanos se quejan que la empresa Grúas y Garajes Mera SA de CV, quienes enganchan los vehículos que encuentran sin el permiso de los propietarios y los llevan a sus instalaciones, para posteriormente cobrarles 5 mil pesos por el arrastra más los días que se quedan en su corralón.»En caso de que no paguemos, se los quedan» dijo Ernesto Hernández, uno de los afectados.
Por Juan Ricardo Montoya / La Jornada