Cuautepec: la desconfianza y el temor que amenazan la democracia
En Cuautepec, Hidalgo, la próxima jornada electoral extraordinaria del 1 de diciembre enfrenta un preocupante obstáculo: el desinterés y la desconfianza de la ciudadanía para participar en el proceso democrático.
La percepción de peligro y el temor a la presunta influencia del crimen organizado han alejado a la gente de su deber cívico, poniendo en riesgo la legitimidad del proceso.
Los números hablan por sí mismos. Para esta elección, el Instituto Nacional Electoral (INE) en Hidalgo necesita 518 funcionarios de casilla para las 74 mesas que serán instaladas en 24 secciones electorales. Sin embargo, hasta ahora, el avance en visitas y entrega de nombramientos apenas ha alcanzado el 40 por ciento.
Aún más alarmante es el hecho de que, de los funcionarios seleccionados, el 67 por ciento (116 personas) han tenido que ser reemplazados debido a su negativa a participar, motivada en gran medida por los incidentes de la elección ordinaria del pasado 2 de junio, en la que urnas fueron robadas y quemadas al cierre de la votación.
Esta situación pone de manifiesto una dolorosa realidad: cuando la democracia no se traduce en seguridad ni en estabilidad para la población, la fe en el sistema se desploma. En Cuautepec, la gente no está dispuesta a arriesgar su bienestar por unas urnas.
Ante esta situación, surgen preguntas incómodas: ¿quién se atreverá a ir y prometer seguridad? ¿Quién calmará a la población y restablecerá la confianza en el proceso?
Por el momento, parece que la carga de recuperar esta fe recae únicamente en los capacitadores del INE, quienes enfrentan un desafío enorme.
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Resulta curioso cómo algunos, con poca comprensión sobre el periodismo o piel muy fina, ahora exigen que los periodistas tomen cursos. ¿No sería más prudente y productivo que aprendieran de ellos?