Central de Abasto

Garlito

Identificado como un lugar con gran raigambre pachuqueña, uno de los primeros ejemplos de la modernidad de la ciudad y del poder de uno de los sectores más activos históricamente, que han movido y mueven gran parte de la economía formal y no tanto de la capital del estado, asimismo centro de trabajo de miles de mujeres y hombres, incluso infantes, que encuentran en sus inmediaciones un modo de vida o la posibilidad de desarrollar un trabajo honesto en un sector de gran importancia para la colectividad, el abasto de víveres, mercancías y artículos de primerísima necesidad.

Mercado

Son los mercados de Pachuca una tradición histórica y cultural, el día de hoy nadie puede imaginar una ciudad sin mercados, sin esos centros de distribución de alimentos y mercancías indispensables para la existencia misma, lugar de llegada de frutas, verduras, hortalizas y cientos de productos del campo, de lugares muy lejanos, así como carnes de distintos animales, aves y peces y todo tipo de productos alimenticios o para su preparación, asimismo en esos lugares hay un polo de atracción para personalidades y personajes populares de barrios y colonias, los mercados reciben a todos los pachuqueños y son parte de un patrimonio cultural tangible que revivifica la cotidianidad, sus mercaderes son también parte de la cultura popular de la ciudad.

Cuando los mercados tradicionales del centro de la ciudad se volvieron insuficientes para la demanda y oferta, las calles invadidas por comerciantes ambulantes y el tráfico vehicular en el primer cuadro de la ciudad, obligaron a no permitir entrada a vehículos para descargar productos del mercado y mejorar precios al mayoreo, se ideó la construcción de la central de abasto para ahí colocar las bodegas de los mismos comerciantes y ofrecer de primera mano productos más baratos y al mayoreo, asegurando un buen negocio tanto por abastecer a los hogares comunes como a empresas de alimentos, restaurantes y etcéteras, el éxito fue desde el principio y la central de abasto se convirtió en un lugar donde los mercaderes y marchantes fueron agregando un estilo muy peculiar y se agregó como tradición por el colorido, ambiente, diversidad, escaparate de la cultura popular pachuqueña.

De mercados

Durante todos los días, quizá los lunes son de mayor afluencia, pero todos los días, miles de clientes acuden a la Central de Abasto de Pachuca, por el gusto de observar la actividad mercantil, para husmear los olores, aromas de frutas y verduras, mirar el colorido de cientos y cientos de productos del campo, regatear precios como una vieja táctica ahorrativa, degustar un tamal, taco de barbacoa o carnitas, justo ahí donde se elaboran es una experiencia de quien gusta junto con el pueblo, rescatar esos lugares de centros comerciales anodinos o de plano totalmente anglosajones trastocando nuestras festividades y costumbres; la misma aglomeración de las personas, la gran diversidad de gente que uno puede encontrar en lugares netamente populares, parte de nuestra cultura citadina y de la forma de ser de los pachuqueños, que en fiestas como las de fin de año o Navidad, reactivan la Central de Abasto convirtiéndola en el mercado de mercados.

Tras tres años de retención, de tratar de controlar o entender la pandemia Covid-19, este 2022 se reactivó la economía y la población comenzó a adaptarse a una nueva normalidad que ya no nos parece tan nueva, la actividad volvió y la dinámica comercial, este fin de año, podemos palpar la necesidad de los seres humanos de la movilidad y de interactuar entre sí, pero asimismo tratar de retomar el cauce normal de la vida y volver a disfrutar con medidas de seguridad, reuniones, cenas, brindis, paseos, ir al mandado a la Central de Abasto para preparar la cena navideña, que debe ser cualquier platillo siempre y cuando servido con amor, hará la diferencia… ¡felices fiestas!

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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días