Cárcel para quienes practiquen «terapias» contra homosexualidad: diputada
Quienes realicen terapias de Esfuerzos Correctivos de la Orientación Sexual y de la Identidad de Género (ECOSIG), para pretender cambiar el comportamiento de la orientación sexual de una persona, deben ser castigados con hasta cinco años de cárcel, pues son actividades contrarias a los derechos humanos.
Así lo propuso la diputada Noemí Zitle Rivas al presentar una iniciativa para reformar el Código Penal del Estado con el que se pretende adicionar los delitos contra el libre desarrollo de la personalidad con una pena de dos a cinco años de prisión y multa de hasta 26 mil pesos.
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Lo anterior, a quien promueva, imparta, obligue o financie cualquier tipo de tratamiento, terapia o servicio, que atente contra la dignidad humana, con o sin fines de lucro y con el objetivo de anular, modificar, impedir, obstaculizar, restringir, o menoscabar la expresión o identidad de género, así como la orientación sexual de una persona.
El castigo podría aumentar cuando se realicen en contra de menores de dieciocho años, adultos mayores o personas que no cuenten con la capacidad de comprender el hecho o resistir la conducta, además, si es el padre, madre o tutor de la víctima quienes incurren en ello, la sanción deberá corresponderle a un Juez.
Si quienes realizan estas terapias son profesionales de la salud podrían, además, recibir la suspensión de su actividad profesional por hasta el máximo de la punibilidad privativa de libertad
¿Qué son los ECOSIG?
Los Esfuerzos Correctivos de la Orientación Sexual y de la Identidad de Género (ECOSIG) son terapias que se basan en el estímulo–respuesta, en este caso con un refuerzo negativo, cuando se presenta un pensamiento o deseo referente a su orientación sexual.
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De acuerdo con un reporte de 2009 de la Asociación Americana de Psicología, “las técnicas que los terapeutas han utilizado para intentar modificar la orientación sexual y la identidad de género de las personas, incluyen náuseas, vómitos o parálisis mientras se le muestran al paciente imágenes homoeróticas.
Asimismo, se dan shocks eléctricos; hacer que las personas se golpeen fuertemente con una banda elástica al tener pensamientos homosexuales; también se crea un ambiente hostil de bullying y vergüenza social para crear aversión a las parejas del mismo sexo”.
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