Armando Borges, casi dos décadas de bolero

Para Armando, la pandemia marcó un antes y un después. Reconoce que desde entonces ha sido más complicado, pero se mantiene firme en que la calidad abre puertas. Foto Cortesía

Armando Borges, casi dos décadas de bolero

Aunque sencillo a los ojos de muchos, su trabajo es reflejo de constancia, humildad y oficio

Redacción
Mayo 10, 2025

Con mirada firme y manos hábiles, Armando Borges se ha convertido en un rostro familiar del centro de Pachuca. Bolero de oficio y tradición, lleva cerca de 18 años dando brillo a los zapatos de quienes transitan por la plaza Independencia, un trabajo que, aunque sencillo a los ojos de muchos, es reflejo de constancia, humildad y oficio.

“La vida te va llevando a ciertos trabajos, y uno de esos fue este”, cuenta Armando mientras acomoda su banquito. Aunque no recuerda con exactitud cuándo comenzó, asegura que ha pasado al menos 17 o 18 años en esta labor que lo ha hecho parte del paisaje urbano de la ciudad. “Aquí, mientras hagas bien tu chamba, siempre va a haber trabajo”, afirma con convicción.

Armando Borges, casi dos décadas de bolero

Para Armando, la pandemia marcó un antes y un después. Reconoce que desde entonces ha sido más complicado, pero se mantiene firme en que la calidad abre puertas. “Hay días buenos, días malos. Es como el comercio, nunca sabes si vas a bolear uno o veinte pares en un día.”

Su labor no se limita al tradicional boleado de zapatos de piel. También limpia tenis y ofrece un servicio que, más allá del cuidado del calzado, representa un oficio que se resiste a desaparecer. Cobra 25 pesos por boleada, aunque el tiempo que le toma depende del estado del zapato. “Si viene muy maltratado, pues se tarda más”, explica.

A pesar de que dice que uno “se va acostumbrando”, también reconoce la importancia de tener un lugar fijo y de ganarse la confianza de los clientes con trabajo bien hecho. “Aquí haces lo que hay, no lo que quieres”, comenta, reflejando la realidad de muchas personas que han encontrado en los oficios una forma digna de vivir.

Cobra 25 pesos por boleada, aunque el tiempo que le toma depende del estado del zapato

Con su banco y herramientas, Armando Borges no solo da brillo a los zapatos, también mantiene viva una tradición que forma parte de la memoria colectiva de Pachuca. Su presencia, discreta pero constante, es parte del alma de la ciudad.

Armando Borges, casi dos décadas de bolero